
La inflación es más que una palabra técnica que los economistas usan para medir el aumento de precios, es una realidad palpable para millones de ecuatorianos. Cuando la inflación sube, el dinero rinde menos y cuesta más llenar la despensa o pagar servicios básicos.
En Ecuador, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) mide mensual y detalladamente la inflación, mostrando cuánto suben o bajan los precios de bienes y servicios que una familia promedio consume.
Durante 2025, la inflación ha mostrado fluctuaciones, pero con una tendencia clara hacia aumentos que presionan los gastos familiares. El costo de la canasta básica familiar, que incluye los productos esenciales para vivir, alcanzó en julio 813,82 dólares, incrementándose en casi 16 dólares con respecto al año anterior.
Ecuador, aunque cuenta con una economía dolarizada, no está exento de enfrentar retos inflacionarios. Los aumentos en productos clave afectan el día a día y generan preocupación sobre el futuro económico de muchas familias.
El grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas es el que con mayor fuerza impulsa la inflación en Ecuador.
En el último informe, productos como el plátano verde vieron su precio incrementarse hasta en un 26,64%. Pequeños detalles, como que antes se podían comprar cuatro unidades de plátano verde por un dólar y ahora sólo una unidad por el mismo precio, ilustran la dificultad actual.
Otros alimentos importantes que subieron de precio incluyen yogur, tomate riñón, banano, aguacate y cebolla blanca, con alzas que van del 5% al 15%. Estas subidas encarecen la canasta básica y hacen que cocinar en casa sea cada vez más costoso para la mayoría. Incluso comer fuera se encarece, pues los restaurantes también sufren por el aumento de sus insumos, reflejando el efecto cascada de la inflación.
Transporte y energía: suman presión al presupuesto familiar
Además de la comida, otros servicios que enfrían los bolsillos son el transporte y la energía eléctrica. La gasolina, por ejemplo, ha visto incrementos en su precio que varían entre 0,5% y 3,2%, afectando no sólo a conductores sino también el transporte de mercancías.
Los viajes en avión subieron cerca del 4%, golpeando a quienes necesitan desplazarse por trabajo o familia. El regreso al cobro total de la planilla eléctrica, tras la eliminación de subsidios en 2025, significó un aumento del 97% en la factura mensual de luz, principal causa del aumento inflacionario de mayo, el mes más caro en el último año.
Esta alza no solo pega en el hogar, sino que también hace que la producción industrial y comercial suba costos, que finalmente se trasladan a los consumidores. La inflación no se siente igual en todo Ecuador. Ciudades como Machala, Guayaquil y Santo Domingo sufrieron las mayores subidas en precios, llegando a incrementos mensuales de hasta 2%.
Por otro lado, Quito y Ambato experimentaron variaciones menores o incluso descensos leves en algunos meses, tras haber absorbido el impacto del fin del subsidio eléctrico antes que otras regiones. Cuenca es la ciudad con la canasta básica más cara, con un costo de 860 dólares, seguida por Quito y Loja. En general, la región Sierra presenta un costo más alto para la canasta básica que la Costa, evidenciando desigualdades regionales.
Causas de la inflación: producción afectada y costos crecientes
Diferentes motivos explican la presión inflacionaria actual. En el sector agrícola, enfermedades como el Moko han reducido significativamente la producción de cultivos claves como el plátano, generando escasez y alza de precios.
Además, muchos agricultores optan por cultivos más rentables como el cacao, dejando de lado productos básicos para la alimentación diaria del país. Los costos de transporte y la dependencia de combustibles importados también juegan un rol importante en la subida de precios.
Por si fuera poco, la eliminación de subsidios y el aumento de tarifas eléctricas elevan el costo final de muchos bienes y servicios.
A pesar de las fuertes presiones, Ecuador registra una inflación anual que en enero de 2025 fue de 0,26%, relativamente baja para la región. Sin embargo, la volatilidad y las subidas puntuales hacen difícil para muchas familias mantener la estabilidad de sus finanzas.
A futuro, las autoridades buscan aplicar políticas que frenen la inflación, incluyendo incentivos a la producción local, controles de precios y ayudas focalizadas. El objetivo es proteger a los sectores más vulnerables sin afectar la dinámica económica general.
Frente a la subida general de precios, las familias ecuatorianas buscan adaptarse. Cambian sus hábitos de consumo, priorizando alimentos más económicos y reduciendo gastos prescindibles. Muchos recurren a mercados locales y tianguis para encontrar mejores precios, mientras que otros se ven obligados a limitar la cantidad de comida o buscar alternativas menos nutritivas.
Este ajuste constante crea incertidumbre y afecta la calidad de vida, sobre todo en sectores con ingresos fijos o bajos. La inflación en Ecuador es un fenómeno complejo que impacta en múltiples dimensiones de la vida diaria. Si bien la economía mantiene ciertos controles, los aumentos en alimentos, energía y transporte representan un desafío palpable para la mayoría.
Superar esta crisis requiere esfuerzos coordinados entre gobierno, productores y consumidores, buscando un equilibrio que permita estabilidad económica y social. Solo con medidas efectivas y la colaboración de todos será posible aliviar la presión inflacionaria y garantizar una mejor calidad de vida en el país. (I)