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Del asfalto a la vida silvestre: Quiport protege especies en el corazón del aeropuerto

Instante de liberación de una comadreja de cola larga. Fotos: Cortesía

En las vastas hectáreas del Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, en Quito, sucede algo extraordinario: un espacio que combina la actividad aeroportuaria con la conservación de especies silvestres.

Este modelo innovador, liderado por la empresa Corporación Quiport, no solo ha logrado rescatar y liberar más de 160 animales en los últimos años, sino que ha demostrado que el cuidado de las especies y el desarrollo urbano pueden ir de la mano, con beneficios reales para toda la comunidad.

Desde el inicio del proyecto, en 2015, en el Laboratorio Natural UIO, se han protegido y fomentado especies endémicas y en peligro de extinción, como la rana marsupial de Quito, el conejo andino y el ratón cosechador de Soderstrom.

La función de estos animales en su entorno es vital: las lechuzas y aves rapaces controlan la población de roedores, reduciendo riesgos en las pistas y garantizando la seguridad operacional del aeropuerto.

En los alrededores de la terminal aérea existe áreas verdes propicias para el desarrollo de especies.

Ramón Miró, presidente y director general de Quiport, explica que desde el inicio de las operaciones del aeropuerto, la administración identificó que estos animales no solo viven aquí, sino que además «cumplen funciones ecológicas esenciales». Las rapaces, por ejemplo, ayudan a controlar plagas, y los zorros andinos funcionan como refugios seguros para especies que enfrentan amenazas en su hábitat natural”.

Este compromiso con la biodiversidad también busca sensibilizar a la comunidad y a los empleados del aeropuerto. “Es fundamental entender que cada especie tiene un rol clave en el equilibrio del ecosistema, y nuestro trabajo busca proteger esa belleza y funcionalidad natural”, añade Miró.

El cuidado y la importancia de las especies

Liberación de aves y de otras especies están a cargo de personal técnico.

Cada animal rescatado tiene una historia que merece ser conocida. Muchos de estos ejemplares hubieran enfrentado la pérdida de su hábitat, tráfico o peligros en la ciudad. Gracias a los esfuerzos del equipo de ciencia y conservación, estos animales encuentran un refugio seguro en el aeropuerto, donde además se realiza monitoreo científico y rehabilitación.

Rafael Echevarne, director general de ACI-LAC, señaló que con este reconocimiento, «Quiport ha demostrado que un aeropuerto puede ser un motor de conectividad y de protección ambiental. La convivencia de fauna y aviación puede lograrse con planificación, ciencia y responsabilidad.”

Echevarne también subrayó que este modelo europeo en sostenibilidad aeroportuaria confirma que la conservación y el desarrollo económico pueden ir de la mano.

Este es el gran aprendizaje y ejemplo que deja el proyecto. El Laboratorio Natural UIO es uno de los pocos en el mundo en demostrar que la naturaleza puede convivir en un entorno urbano tan dinámico. La clave está en la planificación, el monitoreo constante y el compromiso con la ciencia y la educación.

Este trabajo no solo ha recibido premios internacionales, sino que también invita a la ciudadanía a pensar en cómo todos podemos colaborar en la conservación, sin dejar de lado el progreso y el desarrollo.

El Aeropuerto de Quito, con su espacio de conservación, demuestra que cuidar las especies no está reñido con el progreso. Al contrario, el ejemplo del equipo de Quiport y sus voceros nos invita a repensar qué significa convivir respetuosamente con la naturaleza en nuestras ciudades, protegiendo tanto a los animales como a los humanos, creando entornos seguros, sostenibles y llenos de vida. (I)

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