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Parque Nacional Galápagos consolida el retorno de 1.500 iguanas a la isla Santiago

Guardaparques trasladan cuidadosamente las iguanas a la isla Santiago después de superar la cuarentena. Fotos: Cortesía PNG

Entre agosto y octubre de 2025, el equipo de guardaparques del Parque Nacional Galápagos, con apoyo técnico de Galápagos Conservancy, lideran la reintroducción de 1.500 iguanas terrestres a la isla Santiago, que se convierte en el entorno definitivo para estas especies.​

El programa de reintroducción marca un avance en la política de conservación del Gobierno Nacional, que busca fortalecer la supervivencia ecológica en el archipiélago.​ Las iguanas terrestres, de la especie Conolophus subcristatus, encuentran en Santiago su nuevo hogar tras seguir un protocolo ajustado de manejo adaptativo y cuarentena.​

El traslado responde al objetivo de mejorar las condiciones de vida de la especie, debido a que la Isla Seymour presenta superficie limitada y recursos escasos para su continuidad en el tiempo.​ La estrategia estatal hace hincapié en parámetros estrictos de conservación, estructurando un proceso dividido en tres fases, la última de las cuales se completó el 8 de octubre.​

Los ejemplares seleccionados en Seymour debieron contar con salud óptima y condiciones corporales adecuadas antes de pasar a la siguiente etapa.​ Previo a la liberación en Santiago, las iguanas permanecen entre 15 y 20 días en cuarentena en instalaciones especiales para su aclimatación y monitoreo.​

La cuarentena se realiza en áreas del Parque Nacional Galápagos en Santa Cruz, donde se evalúa su salud y se registran características morfométricas de cada individuo.​ La colocación de microchips facilita el seguimiento posterior y permite verificar el estado de cada iguana una vez liberada en Santiago.​

Durante este proceso, se aseguran de que las iguanas eliminen semillas ingeridas, evitando riesgos biológicos para el ecosistema de la isla donde serán liberadas.​ Cuando culmina la cuarentena, los reptiles son trasladados a Santiago por vía marítima, aprovechando las primeras horas del día para minimizar la exposición a altas temperaturas.​

El protocolo está orientado a disminuir el estrés térmico y favorecer la adaptación exitosa de los ejemplares a su nuevo hábitat. Tras la liberación, las iguanas deben buscar sus propios recursos alimenticios, sin recibir alimentación suplementaria, lo que refuerza su adaptación y autonomía en Santiago.​

Inés María Manzano, ministra de Ambiente y Energía, resalta la importancia de este proceso en el marco de las políticas nacionales de biodiversidad.​ Manzano señala que el cuidado de ecosistemas sensibles como los de Galápagos es prioritario, y que el protocolo seguido garantiza supervivencia y adaptación.​

El mensaje institucional enfatiza que una vez en su destino, las iguanas deben valerse por sí mismas, consolidando el proceso de restauración ecológica.​ Carlos Ortega, director del Parque Nacional Galápagos, asegura que el programa representa un hito para la conservación local.​

Técnicos implantaron microchips en cada iguana terrestre para monitoreo y seguimiento científico.

Según Ortega, la reintroducción no solo recupera un herbívoro esencial para el hábitat, sino que también contribuye a controlar la sobrepoblación en Seymour Norte.​ El proceso tiene relevancia para la especie y para el equilibrio de los ecosistemas de Seymour y Santiago, reforzando la funcionalidad ambiental en ambas islas.​

La aplicación de protocolos científicos y manejo adaptativo refleja el compromiso ecuatoriano con sus áreas naturales protegidas.​ La iniciativa cuenta con el respaldo financiero y técnico de Galápagos Conservancy y Galapagos Conservation Trust.​

Ecuador reafirma así su voluntad de recuperar sus ecosistemas insulares y proteger la biodiversidad única del país, consolidando a Santiago como un modelo de restauración en Galápagos. (I)

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