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Del “medio” al “miedo”: bandas delictivas en Ecuador se promocionan en redes sociales

Personal de Policía Nacional muestra los resultados de un operativo. Fotos: X

Las organizaciones criminales en Ecuador llevan su violencia a las redes sociales para infundir terror. Videos de asesinatos y amenazas circulan en plataformas como TikTok, Twitter, Telegram… Esta tendencia, amparada por débiles controles de los administradores de las plataformas virtuales, aumenta la percepción de inseguridad en la población.

Por Gabriela Castillo, especial para CONNECTAS

“Tigre visto, tigre cazado”, reza la leyenda de un video decomisado por la Policía Nacional. El lunes 3 de marzo, cinco personas habían muerto asesinadas en las instalaciones de la cancha La Pared, ubicada en la cooperativa Cordillera del Cóndor, en el Distrito Nueva Prosperina, en Guayaquil (Ecuador). 

Según las autoridades,  los fallecidos eran miembros de la banda Los Tiguerones Fénix. Durante la matanza, los delincuentes dispararon a las víctimas con una mano, y con la otra,  grabaron el instante con su teléfono celular. La Policía investiga el hecho. 

No es un caso aislado, pues Ecuador vive una crisis de seguridad sin precedentes. A todo ello se suma una nueva tendencia en las bandas criminales: migrar al mundo digital, a través de plataformas como Tik Tok, Facebook, Telegram y YouTube para expandir su control y fortalecer sus redes delictivas. Organizaciones como Los Choneros, Los Tiguerones y Los Lobos han encontrado en internet una herramienta poderosa para mostrar su fuerza y desafiar al Estado, alertan los expertos. 

Los videos de asesinatos, amenazas y torturas circulan sin control en plataformas digitales. La estrategia es clara: demostrar su capacidad de violencia y hacer sentir su dominio. “Las redes sociales son un vehículo de legitimación para estas bandas”, advierte Juan David Bernal, decano de la Facultad Internacional de Comunicación e Industrias Culturales en la  Universidad Hemisferios. “La digitalización del crimen permite que su mensaje llegue a miles de personas en cuestión de segundos”, explica. 

Nueva Prosperina refleja la tendencia de violencia 

Entre el 1 de enero y el 3 de marzo, la parroquia Nueva Prosperina, comuna urbana ubicada en el noroeste de Guayaquil, registró 152 asesinatos, lo que representó un aumento de 125 casos en comparación con el mismo período de 2024. Eso, sin tomar en cuenta la matanza de otras 22 personas, el 6 de marzo. La Policía la atribuyó a un conflicto entre las ahora rivales pandillas Igualitos y Fénix, dos facciones de la banda narco Los Tiguerones. 

El auge de la delincuencia organizada se refleja en las cifras nacionales. Mientras en 2018 Ecuador registró 959 asesinatos, en 2023 la cifra ascendió a 8.248, según el Informe de Homicidios Intencionales, presentado por el Ministerio de Gobierno. La mayoría de estos crímenes están ligados a disputas entre organizaciones criminales, advierte el comandante general de la Policía Nacional Víctor Hugo Zárate

El Observatorio de Seguridad de Quito señala que el uso de armas de fuego en homicidios (principalmente en delitos ligados a organizaciones ilegales), literalmente se ha disparado. En 2020, 807 personas murieron a bala; en 2023, la cifra alcanzó los 7.100 casos. Aunque 2024 ha mostrado una leve reducción, la tendencia sigue siendo preocupante, según el último informe de la cartera de Gobierno.

Fuerzas Armadas apoyan en los controles efectuados por la Policía. Foto: X

Además de la violencia explícita, las bandas han implementado una estrategia cultural. Canciones de música urbana con mensajes sobre el crimen organizado se popularizan en redes sociales. Los Choneros y Los Tiguerones utilizan esta táctica para fortalecer su identidad y captar nuevos miembros.

Enrique Altamirano, estratega digital, señala que las redes sociales amplifican estos mensajes. “Los algoritmos favorecen el contenido con más interacciones, y los videos de bandas generan reacciones, compartidos y comentarios, lo que aumenta su alcance”, indica.

A pesar de las políticas de moderación de contenido, dice Altamirano, las plataformas digitales no han logrado contener la difusión de estos mensajes. Telegram se ha convertido en la red preferida para difundir material violento, pues al estar encriptadas, las autoridades tienen dificultades para intervenir.

Cristian Espinosa Baquero, director de Cobertura Digital, entidad sin ánimo de lucro dedicada a orientar a la comunidad en el uso de las plataformas,  advierte que las bandas conocen bien las reglas de estas. “Usan códigos y metáforas para evitar ser detectados, y cuando una cuenta es cerrada, abren otra de inmediato”, explica.

El fenómeno del crimen digitalizado plantea un desafío enorme para las autoridades. “Las bandas han encontrado en internet un espacio que no pueden controlar los cuerpos de seguridad”, explica Espinosa. 

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Las redes se saturan entre “ver y compartir” 

Renato Rivera, profesor de la Universidad de las Américas, explica que las redes se han convertido también en plataformas de reclutamiento. “Captan a jóvenes en situación vulnerable, ofreciéndoles dinero y una identidad dentro de la organización”. Rivera añade que estas organizaciones buscan además legitimarse al mostrar riqueza, armas y mujeres, especialmente en contextos donde los jóvenes carecen de oportunidades. De ese modo, usan las redes como herramienta de reclutamiento, especialmente entre niños, niñas y adolescentes, atraídos por la promesa de riqueza y poder. 

La matanza en la cancha La Pared dejó claro la intención de apropiarse de territorio y expandir su terror, mediante lenguajes cotidianos, jergas y emojis. Así quedó claro en el video decomisado por la Policía. En un pie de foto se observa la frase “cazando a los que son”, completada con emoticones de leones y águilas. 

Los ataques no se limitan a las calle ni comenzaron ahora. Ya el 9 de enero de 2024, hombres armados irrumpieron en TC Televisión en Guayaquil cuando se transmitía un noticiero en vivo. Los criminales, armados y con los rostros cubiertos, obligaron a los periodistas a transmitir su mensaje. Las imágenes recorrieron el mundo con el mensaje criminal de esas bandas.

Según Bernal, estas bandas emplean un lenguaje agresivo y provocador que, combinado con la violencia explícita busca crear un régimen de terror a través del miedo. Bernal destaca que las plataformas digitales como YouTube, Twitter o Telegram se convierten en espacios de distribución de contenido violento, sin filtros o con filtros muy bajos. Además, señala la existencia de cuentas o plataformas que hacen eco de este tipo de información, al amplificar  el mensaje y al generar  clics, likes y visitas, sin importar la virulencia de la información.

Las plataformas digitales tienen filtros débiles

CONNECTAS buscó la versión de los directivos de Twitter, Facebook, Telegram y YouTube en Ecuador o América Latina, pero hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta. A decir de Bernal, “a los administradores de las redes no les interesa hablar mucho”. 

Si bien cada plataforma virtual contempla sus propios términos y condiciones, nada garantiza que veten estos videos de sus publicaciones. Cada uno tiene distintos niveles de eficacia.  YouTube y Facebook prohíben explícitamente difundir violencia en sus plataformas y eliminan videos de bandas delictivas. Pero como alerta Diego Sampedro, analista digital,  la gran cantidad de contenido publicado dificulta su control total. 

Tik Tok, debido a su formato de videos cortos y alta viralidad, enfrenta retos adicionales para moderar los contenidos, mientras que Twitter (Ahora llamada X), prohíbe glorificar la violencia, pero ha mostrado inconsistencias al aplicar sus políticas tras recientes cambios en su administración, explica el experto. 

Por otro lado, Telegram representa el mayor desafío, ya que su énfasis en la privacidad y el cifrado facilita que grupos delictivos utilicen la plataforma para difundir contenido sin restricciones. “Esta falta de control hace que Telegram sea el espacio donde más se encuentran este tipo de videos, lo que plantea serios problemas para la seguridad digital”, dice Sampedro

Los expertos coinciden. En Ecuador, la crisis de seguridad amplifica el impacto de estos videos, y genera preocupaciones tanto para la ciudadanía como para las autoridades. Si bien las fuerzas del orden requieren acceso judicial a este tipo de material para combatir el crimen, las políticas de las plataformas pueden oponerse y dificultar el trámite.

Operativos policiales efectuados en varios sectores de Guayaquil. Foto: X

Esto es un problema grave, porque solo si las autoridades y las empresas tecnológicas colaboran  entre sí  es posible  garantizar un equilibrio entre la violencia del contenido y el derecho de la población a estar informada. Y como explica Rivera, a nivel general, la efectividad de la moderación en las plataformas depende tanto de sus políticas internas como de la participación activa de los usuarios en cuanto a denunciar contenido inadecuado. 

Pero, como parece ser el caso, las plataformas no han mostrado una actitud abierta al respecto, entre otras cosas por las políticas contrarias a las restricciones que han comenzado a mostrar a nivel mundial sus propietarios, como Elon Musk y Mark Zuckerberg. Porque no es lo mismo defender la libertad de información, por ejemplo, en temas ideológicos pero legales, que proteger el acceso de bandas criminales para difundir su mensaje de terror y descomposición social. (I)

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