
En una acción conjunta para combatir el crimen transnacional, representantes de Ecuador, Perú y Estados Unidos visitaron la frontera Tumbes–Huaquillas, evaluando riesgos y definiendo estrategias para reforzar la seguridad en esta zona sensible.
La delegación incluyó funcionarios estadounidenses de las embajadas en Quito y Lima, junto a representantes de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL), la Administración de Control de Drogas (DEA), la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI).
Por parte de Ecuador, participaron autoridades de la Policía Nacional, el Ministerio del Interior, el Servicio Nacional de Aduana (SENAE) y la Agencia de Migración. Mientras que Perú estuvo representado por la Policía Nacional del Perú (PNP), la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) y la Agencia de Migración peruana.
Los representantes recorrieron tanto pasos fronterizos formales como cruces informales, entre ellos el punto de control de Aguas Verdes, al norte de Perú, con el fin de identificar puntos críticos y observar en terreno los desafíos logísticos y operativos.
En la jornada se intercambiaron criterios sobre las principales amenazas que enfrenta la región: tráfico de drogas, migración irregular, trata de personas y contrabando de mercancías.
Uno de los temas que generó mayor preocupación fue la existencia de más de 130 pasos clandestinos activos a lo largo de la frontera norte, utilizados para actividades ilícitas que desafían la autoridad de ambos Estados.
Frontera en alerta
Los funcionarios coincidieron en que la escasez de recursos humanos, la limitada infraestructura tecnológica y el equipamiento insuficiente siguen siendo barreras críticas para una respuesta eficaz frente al crimen organizado.
Además, se señaló la necesidad de establecer mecanismos formales de intercambio de información en tiempo real, así como protocolos conjuntos para la ejecución de operaciones binacionales.
Las autoridades destacaron que la frontera entre Ecuador y Perú no solo requiere vigilancia, sino también una cooperación institucional sostenible que trascienda los cambios administrativos.

Durante la sesión de cierre, las delegaciones acordaron trazar una hoja de ruta para institucionalizar la cooperación, fortalecer los canales diplomáticos y optimizar las capacidades de respuesta inmediata ante eventos fronterizos.
El Gobierno de Estados Unidos reafirmó su voluntad de respaldar técnica y estratégicamente a ambos países en la implementación de medidas que eleven los estándares de seguridad en la región.
Según los representantes norteamericanos, esta visita forma parte de un plan más amplio para consolidar alianzas regionales en la lucha contra redes delictivas que operan a nivel internacional.
El siguiente paso será la redacción de un plan de acción conjunto, basado en las observaciones realizadas durante la visita y en las prioridades compartidas por los tres gobiernos.
Los participantes cerraron la misión con el compromiso de mantener el impulso y traducir los acuerdos en acciones concretas que beneficien a las comunidades locales y refuercen el control estatal en la zona limítrofe. (I)
Fuente: Embajada de Estados Unidos