El sistema financiero ecuatoriano enfrenta serios desafíos para mantener su estabilidad y sostenibilidad en un entorno marcado por la crisis económica y social. Entre los principales retos destacan la recuperación de la cartera de crédito, el aumento de la morosidad, la presión de medidas impositivas y el encarecimiento de las fuentes de financiamiento.
Un estudio reciente, titulado “Los desafíos del sistema financiero ecuatoriano en el entorno actual”, elaborado por la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), expone las dificultades que enfrentan las entidades financieras, que pese a sus esfuerzos, lidian con un contexto adverso.
El estudio destaca que medidas como el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), la autorretención del Impuesto a la Renta y los techos a las tasas de interés activas han encarecido el costo del financiamiento. El ISD, combinado con la volatilidad de los precios internacionales, ha elevado el financiamiento externo a más del 10%, obligando a las entidades a depender del financiamiento interno.
Las tasas pasivas de depósitos a plazo en Ecuador, principal fuente de fondeo, han subido hasta cuatro puntos porcentuales en los últimos ocho años, reflejando el costo creciente del fondeo nacional.
«Este escenario incrementa los desafíos de las instituciones financieras, que deben buscar fuentes de financiamiento más económicas para acelerar la colocación de crédito y garantizar su sostenibilidad», señala Valeria Llerena, directora ejecutiva de la RFD.
Cartera de crédito en declive
El crecimiento de la cartera de crédito ha disminuido significativamente, con una reducción anual promedio de 5,5 puntos desde 2022. Factores como el estancamiento económico, la crisis energética y el aumento de la inseguridad han afectado tanto la demanda de créditos como la capacidad de los negocios y hogares para cumplir con sus obligaciones financieras.
La morosidad también ha crecido, alcanzando un 5,68% en junio de 2024, el nivel más alto desde 2017. Esto ha llevado a las entidades a endurecer sus políticas de concesión de crédito, aumentando los requisitos para acceder a financiamiento.
Refinanciaciones y esfuerzos regulatorios
Frente a este panorama, las entidades regulatorias han emitido normativas que permiten refinanciar y reestructurar créditos vencidos. Sin embargo, la directora de la RFD advierte que esto debe tratarse como un problema sistémico, que requiere la colaboración entre el sector financiero y otros actores económicos para evitar un colapso del sistema y, al mismo tiempo, fomentar su fortalecimiento.
En junio de 2024, las tasas pasivas de los bancos superaron por primera vez a las de las cooperativas de ahorro y crédito, un fenómeno inédito en el país. Este cambio evidencia la creciente presión financiera en el sector y las dificultades para mantener la competitividad.
En su estudio, la RFD presentó la herramienta RADAR, un sistema de inteligencia financiera que consolida datos de bancos, cooperativas y ONG con cartera de crédito. Esta innovación permite analizar el comportamiento del sector financiero y proporciona información clave para la toma de decisiones.
Fuente: RFD