De acuerdo con el Instituto de Estadística y Censos (INEC), en Ecuador El 32,2% de la población o cerca de 5,7 millones de personas, está en condición de pobreza, de las cuales unos 2,6 millones viven en la pobreza extrema. Esto equivale al 14,7% de la población ecuatoriana. Lo anterior, teniendo en cuenta que se considera a una persona pobre si percibe un ingreso familiar per cápita inferior a USD 84,71 mensuales, asimismo, una persona está en condición de pobreza extrema cuando percibe menos de USD 47,37 al mes.
En este sentido, cada vez más se hace imperativo tomar medidas que impulsen la generación de nuevos empleos, la mitigación del hambre y, aunque pueda sonar un reto inmenso, la culminación de la pobreza.
Por ello la Universitat Carlemany, institución de la red Planeta Formación y Universidades recuerda cómo los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados por las Naciones Unidas, que tienen como propósito proteger y cuidar del medioambiente, y así mejorar de manera notable las perspectivas de cada una de las personas que habitan el planeta, también definió en su primer objetivo finalizar con todo tipo de pobreza en todas las partes del planeta antes del año 2030.
Es así como se han establecido siete metas principales desde el ODS 1 respecto a la pobreza, las cuales pueden ser una guía para implementar distintos proyectos en los gobiernos de Latinoamérica y puntualmente en Ecuador:
- Sacar de la pobreza extrema a todas las personas que hoy en día la sufren, a lo largo y ancho del globo. Actualmente, se considera pobreza a un ingreso inferior a 1,25 dólares diarios por persona.
- Reducir la proporción al menos a la mitad, de hombres y mujeres en situación de pobreza.
- Lograr la cobertura real de toda persona pobre y vulnerable. Poniendo para ello en práctica sistemas y medidas apropiadas de protección social.
- Garantizar que tanto hombres como mujeres, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, asegurando el acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de sus bienes, incluso la herencia. También a los recursos naturales, las nuevas tecnologías y los servicios económicos.
- Fomentar la resiliencia de los pobres y las personas que se encuentran en situaciones vulnerables. Luchar por reducir su exposición y vulnerabilidad a los fenómenos extremos climáticos y a otros desastres económicos, sociales y ambientales.
- Lograr que se movilice gran cantidad de recursos de distintas fuentes, logrando proporcionar los recursos y medios necesarios para los países menos adelantados. Gracias a ello se pondrán en marcha programas y políticas encaminados a acabar con la pobreza en todas sus dimensiones.
- Crear marcos normativos en el ámbito nacional, regional e internacional que sean sólidos, con base a estrategias de desarrollo en favor de las personas pobres, teniendo en cuenta las cuestiones de género, para apoyar la inversión destinada a erradicar la pobreza.
¿Qué acciones se pueden llevar a cabo para terminar con la pobreza?
En esta misma línea, gracias al primer ODS se han comenzado realizar acciones que se estima que se mantengan en el tiempo:
• La Agenda de Acción Addis Abeba, resultado de la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo. Contiene políticas y medidas concretas para apoyar la aplicación de la nueva agenda.
• Creación de políticas, planes y programas de desarrollo sostenible de los países y dirigidos por estos. Los ODS actúan como una brújula a la hora de armonizar los planes nacionales con los compromisos mundiales de los países.
• Las estrategias de desarrollo sostenible asumidas como propias por los países e impulsadas por ellos a través de medidas de financiación y movilización de recursos.
• Apoyo de los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado, entre otros, para contribuir a la consecución de la nueva agenda.
• Crear una alianza mundial revitalizada para apoyar las iniciativas nacionales. La implicación de los gobiernos y su compromiso es crucial para que se lleven a cabo medidas de impacto que ofrezcan resultados.
• Generación de alianzas entre múltiples interesados. Estas pretenden movilizar a todas las partes interesadas y comprometidas, en torno a la nueva agenda venidera.
En conclusión, gracias a que cada uno de los 17 ODS cuentan con una serie de metas cuantificables y objetivas para poder medir su éxito y establecer indicadores fiables, se podría mantener la esperanza de erradicar o al menos disminuir notablemente las tasas de población en condición de pobreza.
Es así como establecer políticas alineadas a las metas y acciones actuales de la ONU desde los gobiernos y demás organizaciones privadas será vital para lograr los objetivos, un ejemplo de ello es la Universitat Carlemany, la cual tiene como base del desarrollo de sus programas académicos los 17 ODS, haciendo público el Plan de Acción ODS en el que pone de manifiesto su compromiso con la Agenda 2030. (I)