La Asamblea Nacional suspendió nuevamente el debate sobre el Código Orgánico de Salud (COS). El análisis estaba previsto para la tarde de ayer, martes, pero a última hora cambió la orden del día.
El análisis de este documento que aborda diversas normas lleva en pausa desde 2020 tras el veto total del expresidente Lenín Moreno. Esta normativa es considerada fundamental por varios sectores, ya que busca modernizar el sistema de salud en el Ecuador, pero temas polémicos como el aborto en emergencias y el cambio de sexo para menores han retrasado su aprobación.
Si bien no se ha definido una nueva fecha para el análisis, al interior del Pleno Legislativo queda una incertidumbre de que se apruebe o se vuelva a crear un código orgánico actualizado, en beneficio de los ecuatorianos, advierten los asambleístas. Las opiniones están divididas.
Uno de los puntos más discutidos es la regulación del aborto en situaciones de emergencia. El artículo 9 del código establece que los médicos no pueden negarse a atender emergencias obstétricas, incluidas aquellas que involucran abortos, lo que ha generado reacciones entre sectores conservadores y religiosos. Según Lucio Gutiérrez, ex presidente y asambleísta del Partido Sociedad Patriótica, «generalizar el aborto es una propuesta abortista y peligrosa». En esa línea, su bancada considera alinearse con el veto presidencial del 2020.
Otro tema central es la prohibición de los procedimientos de cambio de sexo hasta la pubertad. Este punto ha despertado inquietudes en sectores como la bancada de ADN, que, según Jorge Enrique Chamba, analiza con cuidado los temas que «involucran a niños», lo que consideró «muy crítico y grave».
Adrián Castro, miembro de la bancada ADN, expresó que el Código Orgánico de Salud (COS), con cuatro años de antigüedad, es «anacrónico» y requiere una revisión y actualización. Debido a esto, señaló que no está de acuerdo con su aprobación en su forma actual, considerando que debe ser modernizado antes de seguir adelante con el proceso legislativo.
En esa línea, la bancada de ADN, emitió un comunicado en su cuenta de X (ante Twitter) en el que indicaron que el COS, tal y como se encuentra «no puede ni debe aprobarse». «Como bancada, reiteramos nuestra oposición, pues el proyecto es anacrónico y no refleja las necesidades actuales del sistema de salud», expresó el bloque.
ADN hizo «un llamado contundente a las demás bancadas para que rechacen este proyecto peligroso y defiendan el bienestar de nuestros niños y jóvenes, así como los valores, principios y Derechos Constitucionales».
Objeción de conciencia y su impacto
Un punto que también ha dividido a los legisladores es el derecho de objeción de conciencia por parte de los profesionales de la salud. Jorge Peñafiel, de la bancada de Construye, expresó que «se está coartando el derecho de los médicos» al obligarles a atender emergencias que involucren abortos. Según él, la falta de consenso dentro de las bancadas podría llevar a que el COS no logre los votos necesarios para ser aprobado.
El COS también regula la maternidad subrogada, permitiéndola solo por razones médicas y prohibiendo cualquier forma de compensación económica por la donación de gametos o vientres. Gissela Garzón, asambleísta por Revolución Ciudadana, defendió el código afirmando que «el país enfrentó una pandemia sin un marco normativo adecuado» y que es urgente una ley que unifique las distintas normativas en salud, como las de cáncer uterino y enfermedades raras.
Por su parte, Camilo Salinas, exministro de Salud, argumentó que el COS busca reemplazar una Ley Orgánica de Salud que está desactualizada y que «su aprobación beneficiaría a la ciudadanía». Sin embargo, señaló que temas como el financiamiento para la implementación de las reformas son usados por algunos grupos políticos para frenar el debate.
Perspectivas de futuro
Aunque el debate ha sido postergado, es claro que el COS sigue siendo un punto de inflexión para la política sanitaria del Ecuador. Con una mayoría calificada de 92 votos necesaria para su aprobación, los grupos políticos continúan discutiendo internamente su posición sobre temas cruciales como los derechos reproductivos, la identidad de género y la objeción de conciencia.
El futuro del COS sigue en el aire, y los expertos coinciden en que su aprobación o rechazo definirá el rumbo de la salud pública en el país. (I)
