En Quito existe tradiciones que no se han perdido, en la parroquia de Calderón hace 500 años cada 2 de noviembre se vive la celebración más importante al recordar y festejar a los muertos.
Hace más de 5.000 años, las culturas precolombinas durante la época de cosecha y siembra preparaban la tradicional colada morada, en celebración por el viaje de la vida y por un feliz encuentro con los familiares en el más allá.
La tradición no ha terminado, ahora cada 2 de noviembre en varios hogares del país elaboran esta bebida ancestral acompañada de una guagua de pan.
Luisa Cumbajín es moradora de La Magdalena tiene 85 años recién cumplidos, junto a su hija Luisa González recuerda que a sus 20 años comenzó a preparar la colada morada en la comunidad de Zuleta mientras laboraba.
Ahora elabora con mucho cariño esta tradicional bebida, pone a hervir mortiño, mora, naranjilla, canela, pimienta dulce y clavo de olor, le deja enfriar, licua y cierne.
En otra olla hierve la panela, unifica todos los ingredientes ya cocinados y coloca la harina de maíz negro, una vez hervida la colada pone piña, babaco y frutilla, finalmente coloca un atado de arrayán, cedrón, hierba luisa y hoja de naranja, hierve por diez minutos y está lista para servir.
“Yo lo hago con mucho amor, ese es el ingrediente número uno para que la colada salga bien, también tengo ilusión porque me da gusto que todos los de mi hogar se deleiten. La colada morada es y será una tradición familiar en nuestro país”, expresó Cumbajín.
Rezar en los cementerios
Cecilia Quijia, nativa de Nayón por 58 años, comentó que hace 30 años viene elaborando la colada morada en leña ahora con más ingredientes. Recordó que su madre preparaba la colada y el pancito para ir hacer rezar en los cementerios en estas temporadas de difuntos.
“El ingrediente especial que le pongo a mi colada es el amor. Esta tradición no debe perderse en el país, ni en mi parroquia de Nayón”, manifestó Quijia.
En Quito existe tradiciones que no se han perdido, en la parroquia de Calderón hace 500 años cada 2 de noviembre se vive la celebración más importante al recordar y festejar a los muertos, aquí padres, hijos, tíos y abuelos se reúnen a degustar de la colada morada y las guaguas de pan junto a la tumba de su ser querido. (I)
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