Un equipo médico multidisciplinario realizó el primer implante de un marcapasos sin cables (micra), cuyo peso es de 2 gramos y es similar a una pastilla de omeprazol.
El procedimiento se lo efectuó el 10 de abril a una paciente de 72 años y en el mismo participaron personal médico de los hospitales de la Policía y Metropolitano de Quito.
Según el cardiólogo Diego Egas, la primera cirugía del marcapasos sin cables tuvo un éxito total, ya que la paciente se recuperó de inmediato y al momento ya recibió el alta médica.
Egas además indicó que este nuevo marcapasos denominado «el micra» es un dispositivo que se asemeja a un ‘chip’ y su función es hacer latir el corazón sin necesidad de cables externos.
El ‘micra’ se fija en el endocardio ventricular a través de un catéter que sube hasta el corazón mediante una punción femoral.
De acuerdo al especialista, el dispositivo no tiene ningún riesgo de que migre porque tiene muchas seguridades.
«Tiene cuatro púas autoexpandibles de nitinol eléctricamente inactivas y se realizan pruebas para evitar que se desprenda».
Ventajas del marcapasos sin cables
Asimismo, este sistema brinda varias ventajas en relación al marcapasos tradicional, sobre todo porque la tasa de infección sea prácticamente nula.
Otra ventaja es la posibilidad de realizar un monitoreo remoto al paciente a través de la tecnología CareLink, que permite al médico conocer a diario el funcionamiento del Micra.
«Esto es ideal en contextos como el actual de la pandemia porque expone menos a contagios a los pacientes y reduce su permanencia en hospitalización».
El Micra tiene una vida útil de entre 10 y 12 años y está disponible en el mundo desde 2013, pero es recién en 2021 cuando llega a Ecuador.
Al mismo tiempo, este tipo de marcapasos está ideado para pacientes con alto riesgo de infección, que presentaron endocarditis previamente, a los que se les ha implantado varios marcapasos y que están en hemodiálisis.
En Ecuador al momento ya se han hecho dos cirugías de este tipo, una en Quito y otra en Guayaquil. (I).
LEA TAMBIÉN: Investigación descubre la bacteria que ayuda al crecimiento del chocho