Este lunes una comisión de ingenieros del Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional visitará las desembocaduras de las quebradas en el flanco nororiental del Cotopaxi para constatar la presencia o ausencia de los depósitos de los lahares secundarios y para realizar las debidas medidas.
Esta medida se realizará luego de que la elevación de 5.897 metros registrará ayer, domingo, el descenso de lahares de lodo de su cumbre tras señales de tremor sísmico en su interior.
A eso se suma que el pasado sábado se suscitó la emisión de vapor de agua y ceniza, según confirmó IG, en un comunicado.
Según informó el portal Swissinfo, el IG aclaró que esos flujos de lodo y escombros fueron secundarios y sin erupción, producto del descongelamiento limitado de la capa de nieve del glaciar, que ahora está cubierta por un manto de ceniza.
Esta capa de ceniza facilita el descongelamiento de una fracción superficial del hielo, lo que genera agua que se mezcla con escombros a su paso para generar lahares pequeños.
Estos flujos se dieron entre las 11:15 y 13:00 del domingo y fueron de corto alcance, sin llegar a ríos aledaños como son el Cutuchi y el Pita.
Medidas de prevención
Ante estos eventos, que han hecho recordar al proceso de reactivación que experimentó el volcán en 2015, el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (SNGRE) de Ecuador ha declarado la «Alerta amarilla» en la zona de influencia del volcán Cotopaxi por precaución.
Ante este panorama, el Ministerio de Educación difundió un comunicado con el cual informó que «se implementó las medidas de autocuidado ante la caída de ceniza en las instituciones educativas ubicadas en zonas de afectación», detalla el comunicado.
La Cartera de Educación informó además que se activaron mesas de trabajo para evaluar el desarrollo de clases presenciales.
De su lado, el Ministerio de Ambiente, encargado de vigilar las áreas protegidas del país, anunció que evitará el ingreso de turistas al Parque Nacional Cotopaxi.
Sobre la elevación
El Cotopaxi, que se encuentra en la cordillera de los Andes a unos 45 kilómetros al sureste de Quito y es el segundo pico más alto de Ecuador con sus 5.897 metros sobre el nivel del mar, presentó su última reactivación el 14 de agosto de 2015, tras estar relativamente dormido por 138 años. (I)
