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En Ecuador, la guerra contra el tráfico de cigarrillos se hace humo

Cigarrillos decomisados durante operativos de control. Fotos: Cortesía

Los ecuatorianos fuman más cigarrillos ilegales que los controlados. En la última década el consumo de este producto contrabandeado se incrementó 80%. La falta de capacitación para el uso de escáneres en los puertos, la agresividad de los traficantes, normas laxas y una cadena de sobornos son algunas de las fallas que permiten que este ilícito permanezca y se incremente. 

Por Gabriela Castillo Albuja para Periodismo Público y CONNECTAS

«¿Llevarnos presos? Nada qué ver… Los mismos chapas (policías) nos compran los tabaquitos. Son buenos clientes», comenta con serenidad Carla (nombre ficticio), una adolescente colombiana que vendía cigarrillos ilegales en la esquina de la 18 de Septiembre y Amazonas en Quito, la capital de Ecuador, el lunes 13 de mayo. 

Esta escena también es cotidiana en las provincias de la Costa y en la Sierra, según un estudio a cargo de Invamer, una empresa especializada en investigación de mercados y opinión pública. Pero detrás de ella se esconden delitos como el contrabando, adulteración de documentos, lavado de dinero e, incluso, el narcotráfico.

El gobierno ecuatoriano realiza constantemente operativos que terminan en el decomiso de cientos de miles de cigarrillos ilegales, pero este mercado no para de crecer. En la última década el consumo de cigarros ilegales se incrementó 80%, según el estudio “Incidencia de cigarrillos ilegales en Ecuador” realizado por Invamer y la Universidad Hemisferios. Estos cigarrillos provienen en mayor medida de Asia, Colombia y Paraguay.

Un equipo periodístico de Periodismo Público y CONNECTAS recorrió las zonas fronterizas con más incautaciones, los puntos de acopio y venta al menudeo en Quito y Guayaquil para reconstruir la ruta de los cigarrillos ilegales. Detrás de auge en la última década de esta economía ilegal en Ecuador, con fuertes vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado, hay múltiples fallas en los controles que implementan las instituciones ecuatorianas

Según las estimaciones de Invamer y la Universidad Hemisferios, el 70% de esta mercancía ingresa a Ecuador por los puertos. Al llegar, los contenedores deben pasar por controles del personal del Servicio Nacional de Aduana (Senae). Sin embargo, Fernanda Inga, asesora en Comercio Exterior y Aduanas, explica que persisten controles inadecuados. «Ellos (los agentes de la Aduana) no tienen los elementos necesarios para hacer frente a estas mafias que ingresan cigarrillos. No tienen los instrumentos, conocimientos ni los salarios adecuados». 

El estudio “La realidad del contrabando de cigarrillos en el Ecuador” estimó que en 2020 apenas se incautaron alrededor del 2% de los cigarrillos contrabandeados.

Pero incluso en estos casos, cuando la detección del cargamento ilegal es exitosa, no deja de ser un reto para las autoridades establecer la responsabilidad del delito. Uno de los agentes de inteligencia indica que cuando ocurre la detección el personal a cargo investiga la ruta de envío. Es ahí cuando identifican que la información de los contenedores es fraudulenta, lo que deja como indicio la participación de bandas de crimen organizado. «Recurren a datos de personas de la tercera edad, personas que reciben el bono o las direcciones son terrenos baldíos», explica. 

Ezequiel Pruna, jefe de la Unidad Nacional de Investigación de Delitos Aduaneros, agrega que debido a esa adulteración de datos, las investigaciones pueden prolongarse por años, al igual que la recolección de pruebas para procesar los casos.

Además, Andrés Briones, experto en temas aduaneros y gerente general de Forthright Trade Solutions, una consultoría de Comercio Exterior, apunta que la corrupción es otra debilidad que propicia el ingreso de mercancía ilegal. “La corrupción, la falta de tecnología y la falta de control en todos los puntos de frontera, donde se intercambian mercadería por parte del Estado, es lo que genera este hecho de aumento del contrabando y por lo tanto una pérdida para la ciudadanía». 

Esta investigación de Periodismo Público y CONNECTAS buscó en tres ocasiones distintas la versión del Senae, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. 

La otra vía de ingreso de los cigarrillos ilegales ocurre en las zonas fronterizas. Allí es común que los pobladores colaboren con el contrabando. «Estas personas no son abiertas al diálogo (…) ya que tienen conocimiento de que están inmersos en una actividad económica ilegal. Sin embargo, siguen dedicadas a esto a pesar de las recomendaciones que nosotros como fuerza policial les hemos dado», explica Fabricio Játiva, jefe de la Unidad Nacional de Control de Fronteras de la Policía Nacional

Cifras proporcionadas por la Fiscalía revelan que, entre enero de 2021 hasta febrero de 2024, se registraron 1.276 casos de delitos aduaneros (receptación, contrabando y defraudación tributaria) en fronteras terrestres y puertos. La mayoría de casos se debe a contrabando y 796 causas están en indagación previa. Jorge Luis Sánchez, máster en Derecho Penal Económico, explica que en los delitos de contrabando la falta de sanciones condenatorias evidencia la impunidad. 

Según el Ministerio Público, en ese período, solo se emitieron cuatro sentencias condenatorias. «En nuestra realidad judicial, muchas veces, existen actos de corrupción que en el momento menos indicado -al generarse algún tipo de descuido por parte de la institución pública que promueve los casos- se dan la sentencias absolutorias», expresa Sánchez.

Los controles en las zonas limítrofes están a cargo de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y Senae. Diego Barriga, director Nacional de Control de Fronteras de la Policía Nacional, asegura que las tres instituciones trabajan de forma coordinada para cumplir los controles y que los números por decomiso de tabacos y sus derivados han disminuido desde 2021.

Sin embargo, las cifras de consumo de cigarrillo ilegal en Ecuador evidencian que este tipo de contrabando no para de crecer.  Barriga calcula que en la frontera norte hay 46 pasos irregulares, lo que dificulta mantener el control de cada punto. “Cuántos policías necesitaríamos para controlar todo lo que es la línea de frontera. Entonces va mucho más allá esta situación. Siempre va a existir una falta de personal”.

Una vez que la mercancía de cigarrillos atraviesa la zona fronteriza y se encuentra formalmente en territorio ecuatoriano viene una nueva fase: el traslado de los tabacos hasta puntos de acopio (o bodegas).

Agente de Policía durante controles de frontera, para prevenir delitos como el contrabando. Foto: Gabriela Castillo

Según un agente de inteligencia, las verificaciones en los vehículos de transporte interprovincial son frecuentes, pero no exhaustivas, lo que facilita el contrabando. Los pasadores suelen emplear personal de avanzada o «campanas» para verificar las condiciones antes de que la mercadería cruce y así aprovechar la limitada presencia de agentes para evadir la detección.

Los operativos ejecutados por la Aduana evidencian que las cargas se almacenan en puntos cercanos a la ciudad. Sánchez explicó que muchas veces las autoridades conocen la ubicación de estos comercios informales. Pero como la mercancía se almacena en propiedades privadas dificulta la actuación policial.

En las calles, un delito que “se fuma” a la vista de todos

El viernes 16 de agosto, Jorge Ochoa (pidió cambiar su nombre) entra a una tienda ubicada en el sector de la Quito Norte. En medio de una docena de universitarios acodados con cervezas, el hombre se arrima al mostrador y pide media cajetilla de cigarrillos. El vendedor, sin titubear, se inclina bajo la vitrina y saca 10 cigarrillos de la marca Elephant.

El intercambio termina sin palabras, el cliente se aleja. «La gente me pide los tabacos chinos, los otros (legales) me están saliendo menos», comenta el tendero, quien reconoció que no sabía que se trató de una venta ilegal.

Esta conducta se ve reflejada en la encuesta «La realidad del contrabando de cigarrillos en el Ecuador 2023», a cargo de Invamer. La investigación reseña que el 81% de personas consultadas elige cigarrillos ilegales por su precio. Pero lo más llamativo es que el 70% del público los adquiere en tiendas de barrio.

Cigarrillos decomisados durante operativos de control. Fotos: Cortesía

Las autoridades reconocen que la venta de cigarrillos ilegales también se realiza en comercios formales. La Agencia Metropolitana de Control (AMC) es la responsable del orden público. Lira Villalva, supervisora de la entidad, explica que la AMC verifica el control del licenciamiento de actividades económicas en todo el Distrito Metropolitano de Quito. Los productos perjudiciales para la salud que se encuentran en tiendas o locales son retenidos.

No obstante, Villalva reconoce que el problema es recurrente. «Hacemos este control, no solamente por el cumplimiento estricto de la ordenanza (…) sino también porque hay una serie de problemáticas alrededor de esto, la problemática del microtráfico, el asunto de la informalidad», explica.  

Fuera de los posibles impactos sobre la salud, este contrabando implica dos grandes afectaciones para el país. La primera es sobre el presupuesto nacional. El Estado ecuatoriano pierde, en promedio, 3,2 dólares por concepto del Impuesto de Consumos Especiales (ICE) por cada cajetilla de 20 unidades que se comercializa de manera ilegal en el país. En los últimos 8 años (entre 2015 y 2023), las pérdidas acumuladas por concepto del ICE ascendieron a más de 2.000 millones de dólares, según el estudio de Invamer y Universidad de los Hemisferios.

Pero el perjuicio a la sociedad no queda allí: Ezequiel Pruna, jefe de la Unidad Nacional de Investigación de Delitos Aduaneros, explica que el contrabando se relaciona con actividades criminales como el blanqueo de capitales y el narcotráfico. 

El contrabando, al igual que el narcotráfico, tráfico de armas y de migrantes conforma un “sistema de economía criminal” operado por numerosas organizaciones delincuenciales en la región, advierte Juan Buitrago, brigadier (retirado) de la Policía Nacional de Colombia y director ejecutivo de Strategos, consultora de América Latina enfocada en prevenir y combatir el comercio ilegal.

«El contrabando de cigarrillos se ha convertido en la principal modalidad para monetizar el dinero producto del narcotráfico”, explica. Además, comenta, es usado para lavar el dinero de operaciones ilícitas como el tráfico de drogas, tráfico de migrantes, explotación sexual, la minería ilegal y el terrorismo. A través del tráfico de cigarrillos, afirma el experto, las organizaciones criminales pueden obtener ganancias con menor riesgo y mayores utilidades.

Si le interesa conocer más acerca del contrabando de cigarrillos en Ecuador, puede ingresar al especial multimedia acá

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