El juicio político contra la exministra de Energía y Minas, Andrea Arrobo, fue suspendido este miércoles 4 de diciembre por la Asamblea Nacional. La decisión fue tomada tras las declaraciones de Arrobo, quien asegura poseer chats con el presidente Daniel Noboa que revelan alertas tempranas sobre la crisis energética, y denunció amenazas contra su vida y la de su familia.
Arrobo, quien había sido citada para comparecer, decidió no acudir al pleno. En una carta abierta, indicó que el Ejecutivo limitó su capacidad para informar sobre la crisis y afirmó que divulgar los chats pondría en riesgo su seguridad. «Si la ciudadanía se da cuenta de que me prohibieron hablar… mi vida y la de mi familia habrá acabado», escribió.
La presidenta de la Asamblea, Viviana Veloz, justificó la suspensión argumentando la necesidad de garantizar el derecho a la defensa de Arrobo y su seguridad. Además, solicitó a la Fiscalía General que actúe con independencia y transparencia ante las denuncias de la exministra.
Arrobo también mencionó que el Ejecutivo canceló una rueda de prensa que había preparado para alertar sobre los apagones en abril pasado. La crisis energética se agudizó ese mes cuando el embalse de Mazar alcanzó niveles críticos, obligando al gobierno a implementar racionamientos de electricidad con poco aviso.
Jaime Moreno, legislador del bloque Construye e interpelante en el juicio, calificó las denuncias de Arrobo como «gravísimas» y pidió que comparezca para presentar las pruebas. Aunque reconoció que los supuestos chats no forman parte oficial del proceso, afirmó que podrían ser considerados como pruebas de descargo.
Valentina Centeno, líder de la bancada oficialista ADN, cuestionó la suspensión del juicio y acusó a Arrobo de intentar manipular políticamente la situación. «El papel aguanta todo», dijo, y pidió que la exministra demuestre no solo que alertó sobre la crisis, sino qué acciones tomó para mitigarla.
Centeno también insinuó una conexión entre Arrobo y el correísmo, sugiriendo que esta relación busca debilitar al gobierno de Noboa. Agregó que la exministra deberá probar sus afirmaciones sobre las amenazas a su seguridad.
Por su parte, el primer vicepresidente de la Asamblea, Otto Vera, enfatizó la necesidad de garantizar la comparecencia de Arrobo para que exponga su versión. Sin embargo, reconoció que no se puede obligar a la exministra a asistir mediante el uso de la fuerza pública.
El debate sobre la crisis energética y la gestión gubernamental ha estado marcado por acusaciones de sabotaje, decisiones polémicas y una falta de comunicación efectiva. Desde finales de 2023, el país ha enfrentado racionamientos eléctricos debido a la insuficiente capacidad de generación durante periodos de sequía.
Advertencias antes de su comparecencia
Arrobo sostiene que alertó a Noboa del riesgo de apagones y que las restricciones impuestas por el Ejecutivo perjudicaron una respuesta efectiva. Sin embargo, tanto el oficialismo como la oposición piden pruebas concretas que respalden sus afirmaciones.
Viviana Veloz reiteró su compromiso con la transparencia y solicitó a Arrobo que entregue los supuestos chats al Legislativo. «Si tiene pruebas, que le dé un baño de verdad al país», afirmó. Mientras tanto, el proceso político sigue en pausa, esperando la comparecencia de la exministra.
El gobierno, por su parte, ha defendido su gestión en el sector energético y rechazado las acusaciones de negligencia. La ministra encargada de Energía y Minas, Inés Manzano, anunció que al concluir diciembre no habrá más racionamientos diarios de electricidad en Ecuador. «Vamos a terminar el año con cero horas de apagones», afirmó en una entrevista televisiva.
Manzano también informó que para fin de año e inicios del próximo, se pondrá en marcha una nueva central hidroeléctrica con una capacidad instalada de 204 megavatios, así como plantas térmicas a gas y petróleo. Estas medidas, junto con la contratación de barcazas eléctricas y la reanudación de importaciones de energía desde Colombia, buscan cubrir el déficit de aproximadamente 1.000 megavatios que enfrentó el país. (I)