Verónica Herrera
Ingeniera en Gestión Turística y Medio Ambiente. Máster en Intervención Social en las Sociedades del Conocimiento. Especialista en Turismo.
A propósito del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, he pensado mucho en el papel que desempeñamos en la industria turística, como trabajadoras o como viajeras.
Soy de las personas que están 100% convencida que el turismo es la actividad económica que puede generar cambios profundos en la sociedad, empezando por alcanzar la igualdad de género y asegurando que las mujeres puedan logren su independencia financiera.
Analizando los datos publicados por la Organización Mundial del Turismo (OMT) se evidencia a nivel global, las mujeres representan el 54% de la fuerza laboral en el sector turístico y que el 23% de ministros de turismo son mujeres.
También se debe tener en cuenta que las mujeres que trabajan en la industria turística ganan 14,7% menos que sus compañeros varones o que en Latinoamérica y el Caribe las mujeres representan solo el 36% de empleadas a nivel profesional y directivo. Aunque existe un dato mucho más desalentador, las mujeres tienen una buena formación académica pero no entran en el mercado laboral del turismo.
Las soluciones propuestas para eliminar la brecha de género en el sector turístico están encaminadas a empoderar a las mujeres, trabajar en lograr el equilibrio de género en la alta dirección de las empresas turísticas y además alentar la participación de las mujeres en educación y formación en estudios de turismo. Medidas a las que los Estados deben comprometerse por medio de la generación de políticas públicas encaminadas al respeto del derecho de las mujeres a trabajar en igualdad de condiciones sociales y laborales.
En cuanto a las viajeras solas son el 72%, según una encuesta de Booking.com, tienen los mismos derechos a la libre movilidad y a tener viajes seguros que los viajeros solos.
Lastimosamente, desde que somos pequeñas hemos crecido en la cultura del miedo, del miedo a que por ser mujeres nos hagan daño, a cuidarnos y desconfiar de quien viaja con nosotras, en la forma de vestir, en la forma de hablar, todo para evitar que otras personas puedan recibir señales inequívocas de algún interés.
Es complicado ser viajera porque, de acuerdo con datos de 2019 de World Economic Forum, la primera condición que buscamos para viajar es la seguridad, es la tercera condición para los varones, cuando deberíamos pensar temas relacionados directamente con la experiencia y el disfrute del viaje.
Zurab Pololikashvili, secretario general de la OMT, expresó “El turismo ha demostrado ser un motor de igualdad y oportunidades” y obviamente será el medio para que las mujeres puedan alcanzar, en muchos ámbitos de su vida, la verdadera libertad e igualdad. (O)
