Por Pablo Salgado (Periodista y Escritor)
Hoy se posesionan los nuevos directores -y los que fueron relectos- de los Núcleos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Todxs esperamos que sea el inicio de un intenso proceso de renovación y transformación.
En el caso de Pichincha que, al fin, se pueda crear el Núcleo bajo parámetros de eficiencia y transparencia. Está todo por hacerse. Todos sabemos lo difícil que es desarrugar.
Corresponde al nuevo directorio, desde el primer día, implementar el programa y el modelo de gestión pública que ha sido impulsado por la Asamblea y por el Frente. Lo mejor a los nuevos directorios; a trabajar con responsabilidad y honestidad. Anhelamos un Núcleo abierto y creativo. Y valiente para exigir el cumplimiento de la Ley Orgánica de Cultura y la devolución de los presupuestos.
Los nuevos directores deberán elegir, el próximo lunes 30 de septiembre de 2021, al nuevo presidente de la Sede Nacional. Si queremos renovar la Casa, debemos renovar la Sede.
Indigna que las viejas prácticas de la política nacional también se reproducen en la cultura. Prácticas enraizadas en las funciones del Estado y que también se apoderaron de las instituciones culturales. Prácticas clientelares; de compra de votos a través de entrega de recursos, de espacios, de cargos, puestos y favores. Es hora ya de renovar y transformar la Casa de la Cultura.
Exigimos transparencia, que los acuerdos con los directores de los Núcleos sean abiertos y públicos. Nada bajo la mesa, nada en la oscuridad. Además, como en el vieja política, se lanzan campañas sucias para desprestigiar al otro, para ofender al otro, para dañar al otro. No para defender y exponer sus propuestas. Rechazamos estas malas y repugnantes prácticas.
Ya basta. Cambiemos, de una vez y para siempre, la Casa de la Cultura.
