La salud mental es una de las mayores afectaciones que deja la pandemia del covid-19 a escala global.
Este 10 de octubre se recordó el Día de la Salud Mental y la Organización Mundial de la salud (OMS) indicó que en los últimos meses este tema ha traído muchos retos: para el personal de salud, que presta sus servicios en circunstancias difíciles, y acude al trabajo con el temor de llevarse el covid a casa; para los estudiantes, que han tenido que adaptarse a las clases a distancia, con escaso contacto con profesores y compañeros; para los trabajadores, cuyos medios de vida se ven amenazados; para el ingente número de personas atrapadas en la pobreza o en entornos humanitarios frágiles con muy poca protección contra el virus.
La OMS recuerda que este tipo de atención es desde hace mucho tiempo atrás a la que menos recursos económicos destinan los gobiernos a nivel general. Ante eso espera que con la campaña por El Día Internacional de la salud mental despierte el interés de las autoridades ya que en adelante este tipo de necesidad será una de las primordiales para la población.
Para Clara Paz, docente investigadora de Psicología de la Universidad de las Américas (UDLA), la salud mental debe ser abordado desde la educación tempranas edades.
Ella considera que en todas las edades la pandemia dejó algo de afectación en la salud mental. “En la mayoría de familias aún hay dolor por la pérdida de seres queridos o de empleos y eso es un luto que se debe trabajar para no llegar a estados depresivos que compliquen más los cuadros anímicos que ya existen”.
Cree, por ejemplo, que a nivel de niños y adolescentes es necesario establecer rutinas de actividades donde se incluya tiempos de recreación apartados de las pantallas y dispositivos tecnológicos. “Es recomendable que al menos dos o tres horas antes de irse a dormir no tengan contacto con las pantallas y puedan hacer ejercicios en espacios abiertos».
