Verónica Herrera
Ingeniera en Gestión Turística y Medio Ambiente. Máster en Intervención Social en las Sociedades del Conocimiento. Especialista en Turismo
Hace pocos días el ministro de trabajo, Andrés Isch, daba a conocer las nuevas modalidades contractuales especiales para varios sectores, entre ellos el turístico. Es una buena oportunidad para que los empresarios turísticos puedan flexibilizar las condiciones de trabajo con contratos a prueba de 90 días y con un plazo máximo de vigencia de un año con la opción de renovar por un año más.
Para actividades que tengan que realizarse de manera ininterrumpida, el nuevo acuerdo ministerial habla de jornadas laborales consecutivas de hasta 70 días, si el empleado y el empleador están de acuerdo, con períodos de 48 horas de descanso por cada 5 días laborados que deben ser acumulativos y tomados al final de la jornada continua.
Si estamos de acuerdo que el sector turístico es uno de los más golpeados por esta crisis sanitaria, no solo en Ecuador sino en todo el mundo, tener flexibilidad laboral puede ser un alivio para empleadores y empleados, aunque habrá que tener mucho cuidado de no cruzar esa delgada línea a la precariedad laboral que puede ahondar la crisis que viven actualmente los trabajadores del sector turístico. Que esta nueva modalidad de contratación no se vaya a convertir en el pretexto para aprovecharse de quienes más necesitan y profundizar inequidades.
Esta nueva modalidad de contrato es una forma de tratar de apoyar a los empresarios turísticos a reactivarse y la herramienta para generar empleos formales en el sector, que tanta falta nos hace, pero todavía no hemos cerrado temas importantes como la reactivación del sector turístico y cómo haremos para incentivar el turismo interno. Seguimos esperando que las autoridades nos den la fórmula mágica cuando la situación a nivel mundial se está volviendo más compleja.
Vivimos momentos de incertidumbre, la tan ansiada reactivación turística desde los principales mercados emisores (Alemania, Estados Unidos, España, Colombia y Perú) no será una realidad a corto plazo y lo más inteligente o sensato será iniciar esta reactivación con el turismo interno. Lo triste es que seguimos sin ponernos de acuerdo, Estado y GAD´s, en cómo va a ser la movilidad en los feriados o que playas se abren al público. Seguimos necesitando una cabeza que conozca y entienda al sector turístico sino todas estas iniciativas para apoyar a los empresarios turísticos siguen cayendo en saco roto. (O)
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