Un total de 72 tenistas que participarán en el Abierto de Australia están confinados en las habitaciones del hotel, después de que en tres vuelos que los traían, se detectaron casos positivos de covid-19.
El certamen empezará el 8 de febrero, pero los tenistas y sus equipos deberán estar aislados por 14 días. Australia preparó una burbuja para recibir a 1.200 personas para el primer Grand Slam del año.
El malestar se ha hecho presente entre los afectados, ya que no pueden salir de sus habitaciones para entrenar las cinco horas que disponen. Ellos se han ideado rutinas para entrenar en sus cuartos, pero dentro de muchas limitaciones.
El tenista número 1 del mundo, el serbio Novak Djokovic, pidió igualdad en el trato. Él llegó en un vuelo en el que no se detectaron casos; sin embargo, las autoridades rechazaron su petición para poder entrenar con normalidad.
También solicitó una mejor alimentación, acorde a los deportistas de élite, pues la mayoría se ha quejado de las comidas que reciben cada día en sus habitaciones.
Jugadores y entrenadores están separados y solo pueden comunicarse a través de internet. Las rutinas son más cortas, con poco espacio y muy repetitivas, sin la opción de estar en una cancha.
Las autoridades no han dado su brazo a torcer y mantendrá a los jugadores en cuarentena, mientras expira cualquier opción de que hayan contraído el virus. (D)