Orlando, un colaborador en medios contó a Periodismo Público, las penurias que está pasando ya que a sus 64 años de edad en ningún lugar tiene una oportunidad de trabajar.
Su panorama laboral lamentable, a pesar de la experiencia que tiene ya que ha trabajo en diferentes medios de comunicación en Ecuador.
Su trayectoria y experiencia la sembró desde abajo como tramoya hasta llegar a camarógrafo en empresas como son Gamavisión, TC Televisión, RTS.
Su más reciente labor la ejerció en Canal UNO, lugar de donde fue despedido de forma intempestiva junto con otros colaboradores.
La situación es más delicada, no solo porque al salir del canal, no fueron cancelados los meses de su trabajo en mora y las mensualidades del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), sino también porque los exempleados han visto una falta de amparo gubernamental.
Mena viene de un hogar humilde y de bajos recursos. Sin embargo, su madre, quien laboró en el Ministerio de Educación, lo formó con principios y con la mentalidad de ganarse la vida honradamente.
A los 12 años salió de su tierra natal Puerto Quito (Pichincha) para radicar en la capital.
En esa época, Orlando hizo muchas amistades de personas mayores que él. Aprovechó los conocimientos de sus nuevos amigos para adquirir experiencia e introducirse en algunas empresas.
Hombre de 1.000 oficios, laboró como chófer en el traslado de vehículos, entre otras ocupaciones hasta llegar al mundo de las cámaras.
Se casó en Quito muy joven por lo cual tuvo algunos hijos hasta llegar a separarse de su esposa.
Orlando habla francamente y cree que sus hijos han tenido una actitud ingrata. No está en contacto con ellos; siente que le han dado la espalda.
Pero las recompensas de la vida dan su giro, ya que, en medio de estos momentos, tiene un nuevo compromiso que lo apoya.
En su larga experiencia, recuerda, que su cámara captó momentos que pasaron a la historia. Uno de ellos, la Guerra del Cenepa o Conflicto del Alto Cenepa, el enfrentamiento bélico ocurrido entre enero y febrero de 1995 entre Perú y Ecuador.
Ese conflicto le sirvió para valorar su vida, ya que vivió momentos tristes, pero también motivadores. Uno de ellos fue conocer en persona al exalcalde de Quito, quien fue comandante General de las Fuerzas Armadas en esta guerra.
Mena se encuentra al momento sin sustento y sin poder ayudar a su esposa a quien le ha tocado tomar las riendas de su hogar, aunque no se da por vencido y espera que alguna empresa le abra sus puertas y poder demostrar toda su capacidad adquirida durante el tiempo de trabajo que ha realizado en diferentes lugares.
Su situación le lleva a reflexionar sobre la crisis laboral. «Es triste saber que en nuestro país pasados los 40 años ya no encuentres un lugar para poder trabajar, aunque las fuerzas y el optimismo aún estén intactos», expresa. (I)
