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El Hospital San Francisco del IESS brinda nueva oportunidad a pacientes con obesidad

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Tatiana Rivas (izq) cuando padeció obesidad mórbida de 120kg. En la actualidad su peso es de 60kg (der). Foto Cortesía.

Desde pequeña fue gordita, pero a los 27 años, la depresión y ansiedad por tanta dieta fallida llevaron a la lojana Tatiana Rivas a tener una obesidad mórbida grado 4. Llegó a pesar 120 kg, mientras su estatura tan solo es de 1,48cm.

La mala alimentación con excesiva cantidad de comida chatarra y la nula presencia de ejercicios en su vida la llevaron a esta enfermedad. que en el país ya es catalogada como catastrófica y tiene tratamiento.

«Cuando iba a comprar ropa solo veía la talla más grande y la llevaba. No me probaba porque me daba miedo probarme en el almacén y que no me alcance», recuerda Tatiana.

Una vez en casa, se medía y si no le quedaba regalaba la ropa la docente a la que le costaba incluso levantarse de su silla para explicar la clase a través del pizarrón.

Un diagnóstico a tiempo

Desesperada por el diagnóstico de pre diabetes, dolores en el corazón y también articulares consiguió una cita en la Clínica de obesidad del Hospital San Francisco de Quito del IESS.

Aquí conoció al doctor Ronald Vargas, coordinador de dicha clínica, y con él siguió un estricto tratamiento; que en algo más de un mes logró llevarla al quirófano.

Su cirugía combinó la manga gástrica y un cruce duodenal para acelerar su metabolismo y suprimir la (grelina) conocida como la hormona del hambre.

Así logró que su ingesta de alimentos disminuya totalmente.

Van a cumplirse dos años de su operación y gracias a su disciplina logra mantener su peso ideal en 60kg. Para ello se educa a diario en una alimentación saludable de la mano con la actividad física.

«Si no es el gimnasio estoy en la piscina y si por cuestiones de trabajo no logro ir a ninguna de las dos actividades, realizo ejercicios de al menos una hora en casa».

Estos a más de darle movimiento a su cuerpo se convierten en la terapia sicológica que se acompaña de los buenos deseos que hoy le dan todos sus conocidos y familiares para que no decaiga en su deseo de no volver a la obesidad.

Como premio a su constancia, este año además se someterá a una abdominoplastia para reducir los excesos de piel que quedaron tras la brusca pérdida de peso.

Esta cirugía también la cubre el IESS porque forma parte del tratamiento de la Clínica de obesidad.

10 cirugías mensuales

Actualmente, en el hospital San Francisco de Quito, se realizan 10 cirugías bariátricas para pacientes con obesidad de 35kg/m2 de índice de masa corporal (IMC) relacionado peso y talla.

Los pacientes llegan desde todos los puntos de Ecuador y en un 80% son mujeres las que se someten a las mismas, con un promedio de edad de 40 años, aunque también hay jóvenes de 18 años y adultas mayores que superan los 65 años.

Según el galeno Vargas, a más de la mala alimentación y sedentarismo contribuyen a esta patología el entorno en el que se desenvuelven los pacientes y también el componente genético.

«Si viven en un ambiente donde la obesidad prima, con seguridad se desarrollará esta enfermedad con más facilidad porque de por sí ya hay una mala alimentación». acota.

Vargas reitera que es vital el control post operatorio, sobre todo en los 5 primeros años y la educación alimenticia. «A los dos años ya logras un peso medio y en adelante si ves que la ropa ya se ajusta hay que retomar las consultas para ver en qué se está fallando».

Aunque no es muy común existen pacientes que presentan recurrencia de la enfermedad y se someten a un nuevo procedimiento; pero éste ya no logra los mismos resultados que una cirugía general.

«Podríamos decir que en un promedio entre 15 y 20% se presenta estos problemas. Ahí se reúne el grupo interdisciplinario de galenos para establecer el mejor procedimiento a seguir». (I)