Los feminicidios en el país se han convertido en el pan de cada día. Según reportan las organizaciones sociales Surkuna y Luna Roja, en lo que va de 2020 se contabilizan 93 víctimas, sin que exista la respuesta idónea de la justicia para estos crímenes.
Solo en el período de la pandemia por el covid-19 (desde marzo hasta noviembre) se contabilizan 75 femicidios.
«No es por falta de leyes, la legislación es buena, pero eso no se traduce en inversión, ni en hechos concretos» afirma reiteradamente Ana Vera, abogada y directora ejecutiva de Surkuna.
El 25 de noviembre de 2017, la Asamblea Nacional aprobó la Ley Orgánica para la prevención y erradicación de la violencia contra la mujer. Sin embargo nada a cambiado, casi tres años después.
Vera recuerda que a inicios de 2020, el gobierno decidió recortar el presupuesto para el tratamiento de temas de violencia de género en un 80%.
Esto se tradujo en la falta de formación de los operadores de justicia, tanto policiales como judiciales y en un descuido completo del problema.
La abogada además refiere que cuando una mujer llama por auxilio o acude a una dependencia, los policías la cuestionan cuando no presenta evidencias de agresión física.
«Pero si usted no está golpeada» es una de las excusas que a diario se escuchan en las diligencias que realiza por juzgados y tribunales.
Por eso cree que una de las alternativas al problema es mejorar el aparato judicial para sancionar adecuadamente a los agresores.
Para Vera los delitos contra la mujer son los únicos donde la víctima tiene la culpa. Además aclara que las cifras de feminicidios que ellas manejan difieren de las oficiales porque muchos casos de feminicidios no son tratados como tales, sino con asesinatos sin intención.
«Un feminicidio se da sobre todo por la relación de poder que el hombre generalmente maneja y ante eso no existe la comprensión necesaria».
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La sicóloga familiar Fanny Romero indica que para combatir este problema es necesario cambiar el patrón cultural de las personas; y para ello es fundamental que se incluya el tema en los entornos educativos desde los primeros años.
«Existe una naturalización de la violencia ‘como pelea de pareja’, cuya resolución debe dejarse a sus integrantes por ser ‘asuntos privados’, eso pese a que muchos sean testigos del problema».
Los datos que estremecen
De acuerdo a información de La Fundación Alianza para el Mapeo y Monitoreo de Feminicidios en Ecuador (Aldea), la edad más frecuente de las mujeres víctimas está entre los 21 y 23 años.
Además cada 72 horas una mujer es víctima de feminicidio y el 72% de feminicidios ocurre en el interior de los hogares. El 46% de esas mujeres eran madres.
ONU Mujeres también está preocupada por la violencia que afecta a siete de cada 10 mujeres. A a través de un estudio efectuado este año reveló que la violencia contra las mujeres, sobre todo la doméstica, aumentó durante la pandemia.
La organización Luna Roja cree necesario además establecer campañas de concienciación que vayan más allá del ámbito educativo y empiecen desde la niñez y se extiendan hasta la universidad.
«En una campaña debe involucrarse a toda la sociedad estableciendo como objetivo la tolerancia cero a la violencia y sobre todo a actuar en casos de violencia». (I)
