Con su fe puesta en Dios, así llegó Neisi Dajomes a Tokio dispuesta a todo y lo logró: ahora es la primera mujer en alcanzar el Olimpo, con la medalla de oro en los históricos juegos que tienen lugar en la urbe nipona.
Este domingo los ecuatorianos amanecieron con la noticia. Ella se llevó la presea dorada en los 76 kg de la halterofilia y, tras poner el nombre del país en lo más alto, convirtió en tendencia en Twitter el hashtag #Oroolimpico.
«Mamá y hermano» fueron las palabras que ella escribió en la palma de su mano izquierda para que todos supieran a la memoria de quiénes va este triunfo suyo.
«Yo en un futuro quiero llegar a ser medallista olímpica», había dicho en un video de la televisión pública de 2015 que circula en redes, y en el cual su madre le decía «que siga adelante y que lo que ella más ha querido, luche por lo que quiere».
El alegrón inesperado llegó pocos días después que lo hiciera Richard Carapaz en ciclismo, y con ello ambos hicieron historia al sumar la tercera y cuarta medallas en Juegos Olímpicos alcanzadas por el Ecuador.
Con sus triunfos, tanto Neisi como Carapaz han abierto el debate en el país sobre el apoyo que reciben los deportistas desde el Estado y la importancia de los centros de alto rendimiento para la preparación de los deportistas. Ahora tienen la palabra las autoridades.
Según una nota publicada por el sitio www.pichinchacomunicaciones.com, Walter Llerena, entrenador de formación de Neisi, dijo que recibió una llamada del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) para que deje de denunciar irregularidades al interior de esa organización y que esta le impidió viajar a Japón para acompañar a la deportista, y, por el contrario, reveló, los dirigentes del COE prefirieron llevar a dirigentes y amigos.
