Los conocen como «La Migra», pero -ante todo- son las autoridades fronterizas de Estados Unidos que cumplen una ardua labor para evitar el ingreso de migrantes irregulares hacia Estados Unidos. Ser agente de control no es nada sencillo. No obstante, cada oficial ejecuta su tarea, advierten con orgullo.
En la quinta entrega de «Ecuatorianos en la Frontera», PERIODISMO PÚBLICO contará como los gendarmes se ubican en los puntos estratégicos de la línea limítrofe con México. Largas jornadas y extenuantes vigilias son la constante en la labor de los oficiales.
El muro fronterizo, más allá de una muralla
Los paneles de cemento fusionados con vallas de acero y rematados con alambre de concertina alertan a los migrantes que llegaron a la línea divisoria entre Estados Unidos y México. No solo se trata de un muro, sino también de una gran muralla, difícil de escalar.
Esa división tiene una infraestructura que impide su escalada, debido al cemento resbaloso y a las oxidadas vallas, cuya dimensión de 50 centímetros de diámetro impiden escalarlas.
En caso de que los migrantes lleguen a la cima, corren el riesgo de sufrir alguna herida, ya que bajar de esa altura es peligroso, advirtió Cristina Salinas, portavoz de Border Patrol (Patrulla Fronteriza, quien opera en la localidad de Mc Allen, en el estado de Texas.
La estructura se compone de paneles de acero de alta resistencia, algunos de los cuales están diseñados para ser impenetrables y otros para detectar movimientos gracias a sensores y cámaras. La parte superior del muro está equipada con un alambre de púas adicional para disuadir los intentos de escalada.
La extensión del muro en McAllen es de aproximadamente 50 kilómetros. Cuenta con una línea continua que segmenta el desierto y los campos del Valle del Río Grande. «Aun así, los migrantes logran escalar el muro y saltar a esa altura. Todo con tal de llegar a territorio estadounidense», añadió Salinas.
Los indocumentados que intentan cruzar la barrera enfrentan varios desafíos. No solo la altura y la robustez de la infraestructura, sino también otros obstáculos propios de la zona como son las temperaturas extremas del desierto, combinadas con la vigilancia constante de patrullas fronterizas y cámaras de seguridad.
Muchos migrantes deben esperar durante horas o incluso días para encontrar una oportunidad para cruzar, expuestos al sol abrasador o al frío nocturno, refieren los agentes de control.
Los ecuatorianos también tratan de cruzar el muro. Y la concurrencia es impactante. Entre octubre de 2023 y febrero de 2024, se registraron 62.828 ecuatorianos en la frontera entre Estados Unidos y México, según datos publicados por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
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Cada intento de cruce suele estar marcado por la desesperación y el riesgo. Los migrantes (de cualquier nacionalidad) suelen pagar sumas exorbitantes a traficantes de personas, quienes prometen una entrada segura a cambio de una cantidad significativa de dinero.
«Sin embargo, estos traficantes a menudo abandonan a los migrantes en condiciones precarias una vez que han recaudado el dinero, dejándolos en el desierto sin recursos ni apoyo», explicó William Murillo, director de 1800 Migrante.
A pesar de los esfuerzos por controlar el flujo migratorio, el muro no merma los intentos de cruce. Salinas narró que, en mayo de este año, se encontraron cinco migrantes del lado estadounidense intentando llegar a Mission, en la comunidad de Granjeno en McAllen, Texas.
Los ciudadanos trataron de evadir a las autoridades fronterizas. «Cargaron una escalera para cruzar el muro, pero no lograron escapar», dijo la gendarme.
El Río es Grande, pero también Bravo
El Río Grande, conocido como Río Bravo en México, se extiende a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, sirviendo no solo como una frontera natural, sino también como una ruta peligrosa para miles de migrantes que intentan cruzarlo cada año. La Patrulla Fronteriza enfrenta un desafío al controlar sus aguas.
Rod Case, portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza para el área de Río Grande, explicó que las operaciones incluyen patrullajes regulares en botes y en tierra, así como la utilización de drones y cámaras térmicas para detectar y prevenir cruces ilegales. «Los agentes están equipados con tecnología avanzada para monitorear la actividad en el río», indicó.
Eduardo Cantú, agente de la Patrulla Fronteriza en McAllen, detalló que en su estación hay 43 personas que trabajan en turnos realizando inspecciones en 13 barcos disponibles. Los controles se incrementan en verano (entre abril y diciembre). «Durante estas temporadas es común encontrar a niños y familias que necesitan ayuda en el río», indicó.
Cruzar el Río Grande es extremadamente riesgoso. Las corrientes del río pueden ser fuertes e impredecibles, especialmente durante la temporada de lluvias cuando el nivel del agua puede aumentar considerablemente.
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Durante un recorrido realizado junto a la Patrulla Fronteriza, se constató la presencia de boyas hundidas y restos de botes inflables. También, restos de ropa y artículos de uso personal, que dejan los indocumentados al momento de cruzar la zona. «Encontramos a migrantes perdidos o a punto de ahogarse», reiteró Cantú y añadió que la búsqueda de cuerpos es otra labor que cumplen los efectivos.
Jorge Rodríguez, portavoz del Departamento de Policía de Mission, añadió que las temperaturas extremas en la región desértica también representan un peligro para aquellos que lidian las aguas del Río Bravo. Además, la fauna salvaje y las condiciones inseguras del río aumentan el riesgo para los migrantes que intentan atravesar estas aguas turbulentas.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha documentado al menos 200 cuerpos encontrados en el río en el último año, con muchos otros migrantes desaparecidos.
Las Torres de Rescate brindan asistencia
Si bien las autoridades fronterizas detienen a las personas por ingresar al país de forma irregular, los agentes también procuran que los indocumentados reciban asistencia médica cuando son localizados.
Cuando los desplazados emprenden largas travesías hacia el territorio estadounidense, se someten a un desgaste físico que le provoca deshidratación, problemas respiratorios, musculoesqueléticos, quemaduras solares, desnutrición, entre otros desórdenes.
Para ello, la Patrulla Fronteriza implementó el sistema «Torres de Rescate»: son pilares que ofrece una alerta de ayuda a través de la activación de una sirena. Al activar la alarma, un equipo de control y de paramédicos acuden al punto para ofrecer asistencia.
«Los dispositivos están situados en puntos críticos a lo largo de la frontera, especialmente en zonas desérticas y de difícil acceso donde los migrantes son más vulnerables a condiciones extremas y emergencias», explicó Álex Jara, agente de la Patrulla Fronteriza en la localidad de Mission (Texas), zona donde recurren con frecuencia los migrantes.
La institución instaló 43 torres, que son fácilmente identificables. En lo más alto del mástil (de 30 metros de altura), se observa una bandera blanco con verde y una luz azul palpitante. En caso de que los caminantes requieran ayuda, pueden activar una sirena. Una grabación ofrece instrucciones en 10 idiomas.
Jara informó que en las próximas semanas se implementarán 30 torres más, para ampliar la capacidad de asistencia. Solo en este año se han atendido 29 llamadas de auxilio. Sin embargo, reconoció, «ha habido casos en que los migrantes fallecieron».
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Cada torre está equipada con tecnología avanzada, como cámaras de vigilancia, radios de comunicación y dispositivos de localización GPS. Estas herramientas permiten a los agentes de la Patrulla Fronteriza monitorear las áreas circundantes y coordinar respuestas rápidas. «Al presionar el botón, se envía una señal a los centros de comando de la Patrulla Fronteriza, que entonces pueden movilizar equipos de rescate para proporcionar asistencia», indicó Jara.
Algunas torres están equipadas con kits de primeros auxilios y suministros básicos para proporcionar atención inmediata a quienes se encuentren en peligro hasta que llegue el personal de emergencia. Los pilares de auxilio también incluyen señalización para guiar a los migrantes hacia un lugar seguro y proporcionar instrucciones sobre cómo utilizar el sistema de emergencia.
La tecnología, al servicio de la migración legal
La Patrulla Fronteriza juega un rol crucial en los puntos de control fronterizo de Hidalgo, Zanzaldía y Pharr, ubicados en el sur de Texas, en la gestión y regulación de la entrada de personas y bienes a Estados Unidos.
En estos tres puntos se realizan inspecciones a los viajeros y vehículos que cruzan desde México hacia Estados Unidos. Para cumplir con forma eficiente el control, las autoridades implementaron una aplicación que permita agilitar los trámites de regulación migratoria.
Se trata de la aplicación CBP ONE, una herramienta digital para mejorar la eficiencia y seguridad en las operaciones fronterizas. Esta aplicación permite a los viajeros programar citas para presentarse en los puntos de control y gestionar su entrada, explicó el agente Elmer Martínez, miembro de la Patrulla Fronteriza en Hidalgo.
Martínez añadió que en el puente de Hidalgo se procesan vehículos, peatones y autobuses. Con la aplicación se cumple un proceso ordenado de solicitudes de asilo político.
Esta aplicación ofrece una plataforma centralizada a través de la cual los usuarios pueden enviar su información, lo que reduce el tiempo de espera en los puntos de control y mejora la precisión de los datos.
Los migrantes puede programar citas desde las 08:00, hasta las 16:00. «Este sistema ayuda a mantener un flujo ordenado de entre 3.000 y 4.000 peatones y entre 7.000 y 9.000 vehículos por día en el paso de Hidalgo», añadió Martínez.
Las autoridades emplean la aplicación para revisar y procesar la información de manera más eficiente, ayudando a priorizar los casos y gestionar mejor el flujo en los puntos de control.
La implementación de CBP ONE en estos puntos también ha permitido a la Patrulla Fronteriza llevar a cabo verificaciones más rápidas y efectivas, reduciendo los tiempos de procesamiento y minimizando el riesgo de errores humanos.
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Gloria Chávez, jefa de Patrulla Fronteriza del sector Río Grande-Hidalgo, añadió que, con la aplicación, los agentes puede identificar si los usuarios de esa herramienta han ingresado ilegalmente al país. «Se las identifica con la verificación de datos, toma de huellas, etc.».
Además, la aplicación permite a la Patrulla Fronteriza monitorear y gestionar los datos en tiempo real, lo que es esencial para enfrentar los desafíos en puntos de control con un alto volumen de tráfico. La información recopilada a través de CBP ONE ayuda a identificar patrones y tendencias en los cruces fronterizos, lo que permite ajustar las estrategias de seguridad y los recursos según sea necesario. (I)