El juicio político contra la ministra del Interior, Mónica Palencia, culminó sin éxito la mañana de este 23 de octubre de 2024. Pese a los intentos de censura liderados por la bancada de la Revolución Ciudadana (RC), no se alcanzaron los votos necesarios para su destitución. Con 77 votos a favor de la moción de censura, 40 en contra y 16 abstenciones, el proceso no prosperó, ya que se requerían 92 votos para la remoción de la funcionaria.
La moción, presentada por la asambleísta Paola Cabezas de RC, quedó a las puertas de ser aprobada, pero la falta de respaldo de otros bloques fue determinante para que Palencia conserve su puesto en el gabinete del presidente Daniel Noboa. El bloque de Construye jugó un papel clave en la votación final, inclinando la balanza a favor de la ministra.
El juicio político, que se llevó a cabo en el pleno de la Asamblea Nacional, estuvo cargado de tensión desde los días previos. Se esperaba que la decisión se tomara este miércoles por la mañana, y desde las primeras horas se evidenciaron intensos cabildeos entre las bancadas. La Revolución Ciudadana había concentrado sus esfuerzos en convencer a socialcristianos e independientes, mientras el oficialismo hacía lo propio con Construye y el Partido Social Cristiano (PSC).
Para el correísmo, este proceso era una oportunidad clave para marcar la primera baja en el gabinete de Noboa. De haberse logrado la censura, Palencia habría sido la primera ministra en ser removida por el Legislativo durante este gobierno. Sin embargo, los acuerdos y negociaciones políticas no fueron suficientes para alcanzar los votos necesarios.
El presidente Daniel Noboa, consciente de la importancia del juicio, decidió cancelar un viaje a Brasil, donde iba a participar en foros sobre cambio climático. En lugar de ello, optó por quedarse en el país y acompañar a la ministra Palencia en esta jornada decisiva. La presencia del mandatario fue interpretada como una muestra de respaldo total a su funcionaria.
Aunque la votación final mostró una fuerte división en la Asamblea, el correísmo perdió terreno en los últimos días. El pasado 17 de octubre, 89 asambleístas habían votado a favor de continuar con el juicio político, lo que daba esperanzas a la oposición de que podrían reunir los votos necesarios para destituir a Palencia. Sin embargo, en la última jornada algunos apoyos se desvanecieron.
La interpelante Paola Cabezas (foto), quien lideró la acusación, basó su intervención en señalar incumplimientos de funciones de la ministra. Entre sus argumentos destacó la falta de implementación del Plan Félix de seguridad, las contradicciones con la Policía Nacional y la incursión a la Embajada de México para la detención de Jorge Glas. No obstante, estos puntos no convencieron a un número suficiente de asambleístas.
Por otro lado, desde el oficialismo se argumentó que el juicio político contra Palencia respondía a una agenda de desestabilización promovida por RC. La bancada oficialista defendió la gestión de la ministra, destacando la reducción en los índices de muertes violentas y su papel clave en la lucha contra el crimen organizado.
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El PSC, que había sido un aliado clave para que avanzara el juicio, también mostró posturas divididas. Algunos de sus asambleístas respaldaron a la ministra, mientras otros prefirieron mantener una postura crítica. Aun así, no fue suficiente para que la censura avanzara. Rumores sobre negociaciones entre el gobierno y el PSC, que involucraban la flota pesquera de la familia Nebot, también influyeron en el debate.
Construye, por su parte, fue el bloque que definió la suerte del juicio. Aunque habían votado previamente a favor de que avanzara, varios de sus integrantes optaron finalmente por apoyar a Palencia, lo que terminó por inclinar la balanza en su favor.
Durante su intervención en el pleno, Mónica Palencia defendió su gestión y rechazó las acusaciones en su contra. En un discurso de más de dos horas, la ministra pidió a los asambleístas que actuaran conforme a su conciencia y cuestionó si realmente existían méritos para censurarla. Palencia insistió en que la incursión a la Embajada de México fue legal y que las pruebas presentadas por sus acusadores carecían de validez.
Al final de su intervención, la ministra también advirtió que las acusaciones en su contra tenían un origen político y que no se debía permitir que intereses electorales empañaran la gestión del gobierno. Sus palabras resonaron en un ambiente tenso, mientras los asambleístas discutían su futuro.
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Tras la votación, la ministra Palencia permanecerá en su cargo, fortaleciendo su posición dentro del gabinete de Noboa. El resultado deja un sabor amargo para la oposición, que veía en este juicio una oportunidad de debilitar al gobierno. Sin embargo, para el oficialismo, el desenlace representa una victoria clave en la consolidación de su equipo de trabajo.
El juicio político a Mónica Palencia no solo puso a prueba la gestión de la ministra, sino que también evidenció las profundas divisiones dentro de la Asamblea Nacional. Las tensiones entre bloques y las negociaciones detrás de escena fueron protagonistas en un proceso que, aunque no prosperó, dejó en claro las complejidades de la política ecuatoriana en la actualidad. (I)