
El cardenal Robert Prevost, estadounidense naturalizado peruano, fue elegido como sucesor de Francisco tras dos días de cónclave
Una columna de humo blanco emergió este jueves desde la Capilla Sixtina a las 11:09 (hora de Ecuador), marcando el fin del cónclave y el inicio de un nuevo papado. El mundo católico celebra la elección del papa número 267: León XIV.
El cardenal protodiácono Dominique Mamberti anunció con la tradicional fórmula “Habemus Papam” la elección del nuevo pontífice, el cardenal Robert Francis Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV.
Miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro estallaron en júbilo al ver la señal del humo blanco, símbolo inequívoco de que los 133 cardenales reunidos desde el miércoles habían alcanzado el consenso necesario.
El cónclave finalizó en su segunda jornada, durante la cuarta votación, luego de intensas discusiones marcadas por los retos actuales que enfrenta la Iglesia, como la modernización, la sinodalidad y los escándalos internos.
León XIV sucede al papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. La Iglesia ahora entra en una nueva etapa marcada por el liderazgo de un hombre que representa una fusión entre el norte y el sur global.
Un papa con alma andina
Robert Prevost nació en Chicago, pero su vocación sacerdotal se consolidó en Perú, país donde sirvió como obispo durante casi una década. En 2015, se naturalizó peruano.
En su primer discurso desde el balcón de la Basílica de San Pedro, saludó en italiano y luego cambió al español para dirigirse a su “amada diócesis” en Perú, recordando su experiencia en Trujillo y Chiclayo. Inmediatamente, los medios de la prensa peruana se hicieron eco del anuncio, celebrando la nacionalización del Sumo Pontífice.

“Quisiera que este saludo de paz también llegara a nuestros corazones y a nuestras familias”, dijo al iniciar su intervención con la frase “La paz sea con todos ustedes”.
León XIV rindió homenaje a su predecesor, evocando la última bendición de Francisco en Roma. “El mal no prevalecerá”, afirmó, reafirmando su intención de continuar el legado espiritual de su antecesor.
El nuevo pontífice hizo un llamado a la unidad, al trabajo por la justicia y a no temer en proclamar el Evangelio. Su mensaje estuvo marcado por la esperanza, la paz y la cercanía con los más vulnerables.
Reformismo con raíces firmes
Prevost es considerado una figura de equilibrio: pragmático, cercano a los sectores progresistas pero respetuoso de la tradición. Su elección refleja el deseo de continuidad con los valores pastorales de Francisco.
Entre sus antecedentes, destacan sus estudios en Roma, su trabajo en la formación del clero y su paso por importantes cargos como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.

Durante su trayectoria, ha abogado por una Iglesia sinodal, inclusiva, pero clara en su doctrina. Aunque defiende una mayor participación femenina, no apoya el sacerdocio de mujeres, en consonancia con la enseñanza actual.
Ha sido un firme defensor del medioambiente, promoviendo la formación ecológica de sacerdotes en línea con la encíclica Laudato si’. Su enfoque ecológico se considera uno de los pilares de su agenda.
El nombre “León” elegido por Prevost no es casual. Hace más de un siglo que no se usaba y está asociado a grandes figuras de la Iglesia como León I, el Grande, y León XIII, conocido por su encíclica sobre los derechos de los trabajadores.
León XIV asume el liderazgo de una Iglesia global con más de mil millones de fieles, dividida entre tradiciones ancestrales y los desafíos del siglo XXI. Su experiencia intercultural podría ser clave para tender puentes.
Nacido en un hogar profundamente católico en Illinois, el nuevo papa fue marcado desde niño por la vida parroquial. Su madre, Mildred Martinez, fue una figura crucial en su formación espiritual.
Prevost ingresó a la Orden de San Agustín a los 18 años y partió como misionero a Perú en 1985. Desde entonces, su vida ha estado marcada por el servicio, la enseñanza y el diálogo pastoral.
Hoy, León XIV representa la continuidad de un pontificado abierto al sur global, con una sensibilidad social y ambiental clara, y un liderazgo que buscará equilibrio en tiempos de cambio.
Con sus primeras palabras, ha dejado claro que desea una Iglesia que camine, escuche y acoja. Sus próximos pasos, como sus viajes y nombramientos, serán clave para definir el tono de este nuevo pontificado.
El mundo católico observa con esperanza y cautela. El trono de Pedro tiene un nuevo ocupante, y con él, un nuevo capítulo comienza en la historia de la Iglesia.
Líderes mundiales reaccionan a la elección del papa León XIV
Tras el anuncio de la elección de León XIV como nuevo pontífice de la Iglesia católica este jueves 8 de mayo, líderes de todo el mundo expresaron sus felicitaciones y buenos deseos al cardenal Robert Francis Prevost, estadounidense naturalizado peruano y ahora papa número 267 de la historia.
Desde Ecuador, el presidente Daniel Noboa publicó un mensaje en sus redes sociales donde expresó: “Damos la bienvenida al Papa León XIV con esperanza en el corazón. Que su palabra una, consuele y guíe a millones en tiempos de incertidumbre. Nuestras oraciones lo acompañan desde Ecuador”.
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana también celebró el nombramiento del nuevo pontífice. En un comunicado oficial, señaló haber recibido “con gran alegría el anuncio de la elección del sucesor 267 del apóstol San Pedro” y destacó “su experiencia internacional, su cercanía al papa Francisco y su papel central en el nombramiento de obispos”, lo que —dijeron— “lo han convertido en una figura influyente en la Iglesia global”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó el nombramiento como un “gran honor” para su país. “Enhorabuena al cardenal Robert Francis Prevost, que acaba de ser nombrado papa. Es un gran honor saber que es el primer papa estadounidense”, escribió en su red Truth Social. Además, expresó su deseo de reunirse con el nuevo líder católico: “Estoy deseando reunirme con el papa León XIV. ¡Será un momento muy significativo!”.
Desde Europa, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, felicitó “de todo corazón” al nuevo pontífice, destacando la histórica relación entre su país y la Iglesia. “Este es un momento profundamente conmovedor para la comunidad de la Iglesia católica y para el mundo entero”, publicó en su cuenta de X (antes Twitter).
Duda también expresó la disposición de su nación para “fortalecer aún más estos lazos únicos, en nombre de los valores comunes, la responsabilidad por el bien común y el fortalecimiento de la paz en el mundo”.
En América Latina, el Gobierno de Colombia emitió un comunicado a través de la Cancillería, en el que felicitó a la Santa Sede por la elección de León XIV. “Le auguramos muchos éxitos en su labor al frente de la Iglesia”, señala el texto. Además, manifestó su deseo de que las relaciones bilaterales con el Vaticano “sigan fortaleciéndose en torno al anhelo de paz en Colombia y el mundo”.
Los mandatarios de los países bálticos también expresaron sus felicitaciones. El presidente de Letonia, Edgars Rinkevics, deseó a León XIV “un pontificado exitoso y fortaleza para este tiempo lleno de desafíos”, y expresó su interés en fortalecer las relaciones entre su país y la Santa Sede.
Alar Karis, presidente de Estonia, resaltó el papel del Vaticano en la promoción de la dignidad humana. “Le deseo sabiduría y fortaleza en su misión de paz, compasión y esperanza”, escribió. Por su parte, el mandatario de Lituania, Gitanas Nauseda, extendió sus felicitaciones “a todos los católicos, cristianos, creyentes y personas de buena voluntad”, y expresó su esperanza de profundizar los lazos históricos con el Vaticano.
El papa León XIV fue elegido durante el segundo día del cónclave en el Vaticano, donde 133 cardenales votaron tras la muerte del papa Francisco, ocurrida el pasado 21 de abril. Su elección fue anunciada luego de la tradicional fumata blanca y proclamada oficialmente desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Más de 150.000 personas se congregaron en la Plaza de San Pedro para presenciar el histórico momento y escuchar por primera vez al nuevo guía espiritual de los más de 1.400 millones de católicos en el mundo. (I)