
La Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador (FACSO) se convirtió en un espacio de memoria y exigencia de justicia al rendir homenaje a David Romo, exestudiante desaparecido en 2013, y a todas las víctimas de desaparición en el país.
El evento, denominado «Ecos de la ausencia: jornada por la memoria, la justicia y la verdad», se llevó a cabo el viernes 16 de mayo de 2025, con la participación de familiares de desaparecidos, autoridades académicas y expertos en seguridad ciudadana.
El acto central de la jornada fue el nombramiento del aula 61 como «Aula David Romo». Este espacio, que fue el último donde Romo recibió clases, ahora servirá como un recordatorio permanente de su historia y de la lucha por la justicia. La decisión de la FACSO representa un compromiso institucional con la memoria de las víctimas y la defensa de los derechos humanos.
En abril pasado, la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas (Asfadec) presentó el informe ‘La problemática de la desaparición de personas en Ecuador’, que analizó los casos registrados en el país en 2024.

El Caso Romo: una década de búsqueda

David Romo desapareció la noche del 16 de mayo de 2013, luego de tomar un autobús para regresar a su casa después de sus clases. La última vez que se comunicó con su madre, Alexandra Córdova, fue a las 22:22 de ese día, en una llamada de 80 segundos donde le mencionó que un sujeto, que parecía ser un policía, amenazó con bajarlo del bus si hablaba fuerte.
Desde entonces, Córdova no ha cesado en su búsqueda. La investigación del caso ha estado marcada por irregularidades y negligencias, con al menos 20 fiscales a cargo y evidencias clave, como el rastreo del teléfono de Romo, que no fueron tomadas en cuenta en su momento.
El teléfono móvil de David, desde donde realizó la última llamada a su madre, es una pieza central en la investigación. A pesar de la tecnología disponible en 2013 para rastrear llamadas y ubicar el dispositivo, las autoridades no realizaron este procedimiento clave.
Córdova cuestiona cómo se han realizado búsquedas sin determinar la ubicación de su hijo en el momento de su desaparición. La falta de información sobre el paradero del teléfono de Romo sigue siendo un punto crítico en la investigación.
En un momento de la investigación, se encontró un Blackberry en la casa del controlador del autobús, el cual fue erróneamente identificado como el de David. El controlador fue sentenciado a un año de cárcel por robo, pero el chip y el teléfono de Romo nunca aparecieron.
La búsqueda continúa…
La jornada incluyó un conversatorio con madres buscadoras, una intervención musical y el develamiento de un mural conmemorativo. El mural, realizado por el artista ecuatoriano-boliviano Martín López, rinde tributo a Romo y a otras personas desaparecidas como Álvaro Nazareno, Michelle Montenegro y Carolina Garzón.
El documento presenta cifras con base en los datos abiertos del Ministerio del Interior. Las cifras que se desprenden de la Secretaría de Estado reflejan un incremento de casos de desaparecidos. En 2020, según el Ministerio, 227 personas desaparecieron. No obstante, la se incrementó en 2024 ascendiendo a 838 casos.

La desaparición de David Romo ocurrió en un contexto en el que, según Córdova, existía tecnología para rastrear personas, pero que no fue utilizada en la investigación de su hijo. En 2015, el caso fue declarado como reservado, lo que generó sospechas de que se buscaba proteger a alguien.
Durante el tiempo en que el caso estuvo bajo reserva, las autoridades manejaron la teoría de que Romo había sido ingresado a una clínica de rehabilitación, donde supuestamente murió. Sin embargo, esta versión fue descartada por la justicia por falta de pruebas.
Alexandra Córdova, quien ha dedicado una década a la búsqueda de su hijo, se ha convertido en una voz visible en la lucha por los desaparecidos en Ecuador. Ella critica la falta de una visión integral por parte del Estado para abordar el problema de las desapariciones.
A pesar de las dificultades y la falta de respuestas, Córdova mantiene la esperanza de que el caso de su hijo avance en las cortes internacionales, donde se encuentra desde 2016. La FACSO, con su homenaje a David Romo, se suma al clamor por verdad y justicia en este y otros casos de desaparición que enlutan al país. (I)