Texto y fotos: Miguel Jiménez/ Periodismo Público
En San Antonio de Ibarra, una parroquia declarada patrimonio cultural y ubicada a unos 6 kilómetros de la ciudad de Ibarra, la mayoría de su gente se dedica al tallado en madera. Esta actividad artesanal es la principal fuente de ingresos para muchas familias y se lleva aprendiendo de generación en generación.
Miguel Ángel Herrera, oriundo de esta parroquia, tiene 72 años y viene desarrollando esta actividad desde los 22 años, de sus siete hijos dos han seguido sus pasos y mantienen vivo este bello arte.
Las primeras obras de tallado fueron creadas en honor a los caminantes que pasaban por el lugar, luego de eso, los artistas decidieron hacer obras de acuerdo a las necesidades de los clientes o turistas como distintas imágenes de animales, adornos para el hogar, entre otros. Para crear estas obras de arte utilizan árboles de cedro, nogal, sauce y hasta el árbol de aguacate.
El inicio de un nuevo artista
Miguel Ángel nos cuenta que su pequeño nieto Ulises Herrera, de 2 años y medio, ya sigue sus pasos. En su taller ayuda con el cincel tratando de darle forma a la madera.
La Asociación de Talladores de San Antonio de Ibarra hace un llamado a las autoridades locales, provinciales y nacionales para que difundan y promuevan el arte y cultura de este pequeño rincón del país. Además, invita a conocer sus magníficos ejemplares tallados en madera con mucho amor, mismos que se pueden apreciar en su parque y en los talleres de los orfebres. «Los esperamos con los brazos abiertos», indican emocionados.