No sé cuánto más soportemos, lo cierto es que muchos ecuatorianos no aguantan más golpes a su escuálida y frágil situación económica.
Los últimos años han sido muy duros, difíciles; no solo que hemos soportado el implacable impacto de la pandemia, con sus decenas de miles de víctimas mortales, un sistema hospitalario colapsado y en su momento, incluso, el funerario, sumado al sufrimiento de aquellos que luchan por recuperar su salud; sino que además cargamos con una serie de decisiones de un gobierno que no ha tenido contemplación al momento de tomar medidas en contra de su población.
Solo por citar algunas, la mal llamada “Ley de Apoyo Humanitario”, que lo que menos tuvo fue humanidad, dio paso a que las condiciones laborales de millones de ecuatorianos se precaricen, que otros miles pierdan sus empleos y que, sobre todo, precauteló los intereses de las empresas y los empleadores, viabilizando despidos, afectación en liquidaciones, indemnizaciones, y otros cuantos atropellos; es penosos decirlo, pero esa es la dura realidad.
Otro ejemplo es la eliminación de los subsidios de los combustibles y la liberación de los precios que, justo en plena pandemia, como lo hace un molino, tritura la economía de muchas familias, ¿por qué? simple, el solo hecho de liberar los valores de gasolinas, y sobre todo del diésel, provoca el incremento de los precios de todos los productos que consumimos.
A esto sumemos la última paralización del transporte privado de pasajeros que ofrece servicio público, cuyos dirigentes, entre otros, piden también congelar los precios de los combustibles, y a ellos ya se han sumado los transportistas pesados que están cansados de estas medidas.
Golpe tras golpe, este país no aguanta más, hay que esperar que el 24 de mayo, el precio del pan popular se incremente, ya que los panificadores del país, preocupados también por las medidas económicas, sufren por el ajuste de costos que realizan las empresas proveedoras de insumos como grasas, aceite, margarina, harina y huevos, encareciendo la producción del pan, alimento de consumo masivo en Ecuador.
¿Qué más debemos soportar? ¿Qué otro golpe a nuestra economía nos propinará este gobierno al que le queda pocos días de permanencia? Los ecuatorianos exigimos que termine esta indolencia, la situación económica llegó a tope para muchas familias, que sin empleos, sin ingresos, con salarios recortados, con pandemia de por medio, deben seguir soportando esta agresión a sus pequeñas economías.
El momento que vive Ecuador es delicado, complejo, me lleva a recordar momentos difíciles que se vivieron sobre todo en la década de los 90, cuando la gente, sin aceptar un golpe más a su bolsillo salió a las calles a expresar su descontento, arriesgando sus vidas en la protesta, a jugársela el todo por frenar el abuso.
¿Acaso estamos esperando que eso se repita en nuestro país? (O)