Falta menos de un mes para que inicie oficialmente la campaña electoral y los ecuatorianos no sabemos quiénes definitivamente participarán en los comicios presidenciales de febrero de 2021.
No es cualquier tema, a estas alturas debería haber claridad de quiénes son los candidatos en firme, pero para el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Contencioso Electoral parecería que este no es un tema primordial. Durante los últimos días, una de las candidaturas a la presidencia, que según varias encuestadoras tendría las mayores opciones de ganar los próximos comicios, me refiero al binomio Arauz-Rabascall, no ha sido calificada oficialmente y no se conoce hasta el momento si participará o no en la contienda electoral.
Resulta sospechoso que las acciones que ha adoptado la cuarta función del Estado dilaten una respuesta clara sobre la participación de esa candidatura y sobre otra, la de Alvaro Noboa Pontón que, según varios analistas, podría modificar el escenario electoral y generar reacciones que impliquen la fractura del voto para el segmento de derecha y conservador del país.
Ecuador a esta hora necesita ya una respuesta, los electores requerimos saber quiénes participarán en los comicios presidenciales del 7 de febrero, es inadmisible que a estas alturas no haya una papeleta definida y esto abone en fomentar un ambiente de incertidumbre e indecisión.
La última encuesta realizada por Click Report muestra que el 42% de los consultados no han decidido por quién votar, ¿por qué?, la respuesta es sencilla, la gente no tiene aún claridad de quiénes estarán definitivamente en la contienda y eso a las autoridades parece no importarles.
Urge que el CNE y el TCE asuman con entereza el momento, tomen una decisión apegada al debido proceso y en derecho , y que despojándose de intereses partidarios y cálculos políticos, asuman la responsabilidad de dar una respuestas al país. Se necesita saber quiénes participarán en los comicios para que los electores busquen, en este corto tiempo, la información necesaria para tomar la mejor decisión.
Sin duda, las autoridades siguen en deuda con nosotros, pero también es cierto que ese discurso de que ahora no hay voto ideológico, ni por propuestas, y que sólo se elige al más conocido, famoso o por el que “mejor me cae”, no debe seguir siendo la regla. Es necesario avanzar hacia un voto meditado y reflexionado, entender lo que cada candidato propone para tomar la mejor decisión.
¿Acaso no es suficiente lo que hemos enfrentado como país para volver a equivocarnos? Si queremos salir de este oscuro momento que enfrenta Ecuador, es hora de que asumamos con compromiso la responsabilidad de sufragar, conozcamos quiénes participarán y con qué oferta buscan nuestro apoyo.
Nuestro voto será la mejor herramienta para reconstruir este país, tan golpeado por la clase política. (O)
