En estos últimos días las redes se han inundado con varios videos donde se ve, en unos casos, la forma como una pareja asalta a clientes en varios negocios de la capital; en otro, el ataque de un hombre que tiene un cuchillo y amedrenta a la cajera de un restaurante para llevarse todo el dinero; y en otros videos como un grupo de malandros aprovechan para meterse en casas para asaltar mientras sus propietarios entran en los estacionamientos.
Las imágenes captadas por las cámaras de seguridad han despertado una sensación de zozobra e inseguridad en muchas personas, que ven a la delincuencia como uno de los principales problemas presentes en la actualidad.
Y esta no solo es una apreciación ciudadana, las cifras muestran que la inseguridad en el país ha crecido. Un reciente reporte difundido en el sitio web de Periodismo Público da cuenta de ello, por ejemplo, la tasa de homicidios creció en los últimos años, pasó de 758 casos en 2018 a 937 en 2019, y este año, hasta el mes de septiembre ya se registraban 915 asesinatos, fácilmente se superará la cifra del año anterior.
Los robos de negocios también van en aumento, en 2019 se registraron 5.207 casos, casi mil más que en 2018, y en lo que va este 2020, con pandemia, se registran cerca de 3 mil casos, cifras en aumento también se reportaron en el robo de personas y de vehículos según los reportes del propio Ministerio de Gobierno.
Pero más allá de las frías cifras, en las calles la gente siente un clima de inseguridad, de intranquilidad, de preocupación. Ahora, a más del miedo a contagiarse de covid-19 muchos temen ser víctimas de un asalto en cualquier lugar, a cualquier hora, sin importar con quien estés y cómo te encuentres, cómo ocurrió con aquella mujer que fue golpeada hasta quedar herida y sangrante delante de su propio hijo, o como aquel joven que fue agredido físicamente por dos hombres quienes le quitaron su mochila y luego huyeron en un vehículo sin placas, según se pudo ver en uno de los tantos videos que han circulado.
El problema no atraviesa por la nacionalidad de los asaltantes, por las formas como ejecutan sus delitos o por las zonas donde más casos se han detectado estos hechos, el problema es la falta de respuestas y una posición clara y frontal de las autoridades sobre este tipo de hechos que son de preocupación ciudadana.
Las autoridades tienes el deber y obligación de garantizar la seguridad de todos, de impulsar políticas y tomar decisiones que prevengan el delito y de asegurar la tranquilidad y buena convivencia de la ciudadanía. Mientras persistan decisiones y medidas económicas y sociales que sigan deprimiendo la calidad de vida de la gente, mientras no se generen oportunidades para el desarrollo y mientras más excluyente resulte el sistema, habrá quienes vean a la ilegalidad y la delincuencia como una opción de supervivencia.
El combate a la inseguridad no sólo debe ser entendido como la acción efectiva para desarticular a la delincuencia y generar un clima de paz, sino también, y sobre todo, el impulsar políticas que permitan a todos, enfrentar momentos como los que vivimos en la actualidad: crisis económica profunda, desempleo, pobreza, pandemia y desesperación.
La seguridad es tarea de todos, con compromiso ciudadano y, sobre todo, con un respaldo y acciones decididas de la autoridades, que por ahora parece tienen sus prioridades en otros temas que no sintonizan con las demandas y preocupación de la gente. (O)