Alex Ormaza
Periodista y ex becario Fulbright por EE.UU. con más de 28 años de experiencia. Fue editor de los semanarios Washington Hispanic y Washington’s Voz, además de la revista Diálogo-Américas. Es Master en Comunicación de Masas por Florida International University (FIU) y Diplomado en Marketing Gubernamental por la Universidad NacionalAutónoma de méxico (UNAM).
Muchos ecuatorianos hubiéramos quedado engañados de no haber sido por el ortinólogo ecuatoriano Manuel Sánchez, quien reconoció que el canto de pájaros en un video distribuido en las redes sociales antes de la primera vuelta electoral del 7 de febrero anterior, y atribuido a un comando del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, no son de aves de la región donde opera el grupo guerrillero, sino de un área de bosques secos de Ecuador, lo que indica que fue un montaje para desacreditar a un candidato a la presidencia de Ecuador.
Sánchez detecta en los segundos 29 y 30 de la grabación el silbido de un Crypturellus transfasciatus (Perdiz Ceja blanca) y, sin especificar el momento de la grabación en que lo hacen, a un Turdus maculirostris (Mirlo Ecuatoriano) y Tordo (Dives warczewiczi).
El descubrimiento de Sánchez se dio el 2 de febrero, pero ni la prensa ni las redes sociales se hicieron eco del hecho, hasta apenas el 9 de febrero cuando el medio británico The Guardian publicó una nota al respecto.
El video en cuestión, que cierra con el grito ‘Hasta la victoria siempre camarada Andrés’ da a entender en su narrativa el supuesto compromiso de apoyo incondicional del ELN al candidato Andrés Arauz, de la coalición de movimientos políticos del país Unión por la Esperanza lista 1-5.
Sin que sea nueva en el Ecuador, y sin que se pueda eximir a ningún actor político de usarlas, estas prácticas desleales de competencia política son una afrenta y un insulto a los votantes ecuatorianos, quienes se sirven de los elementos informativos que circulan sobre los perfiles y propuestas de los candidatos para tomar su decisión democrática de votar.
A la desregulación de la campaña sucia por parte del Consejo Nacional Electoral, se suma la poca cultura de verificación, y más bien prima el hábito de compartir los contenidos de las redes sociales bajo impulsos emocionales, a los que se le atribuye como único elemento de credibilidad el haber sido compartido por personas de círculos cercanos.
Ante la falta de un pacto de decencia en esta lid electoral, las razones para el optimismo son muy pocas. Para esta segunda vuelta electoral, que culminará con las elecciones del 11 de abril seguramente veremos más fotomontajes, falsos videos, declaraciones de candidatos sacadas de contexto, y todo lo que las redes sociales puedan transmitir libremente y sin control.
Al igual que en esta primera ronda, en la que se dieron sorpresas con candidatos que cosecharon más votos de los que se esperaba, quizá en la segunda la sorpresa sea que el votante haya aprendido a distinguir quien es el que más ha insultado su inteligencia a través de campaña sucias y lo castigue en las urnas.
