Pablo Cruz Molina
Chef, emprendedor gastronómico, consultor y docente. Veinte y seis años en la actividad profesional y dieciséis en la academia universitaria en Quito con dos maestrías de especialidad: Recreación y Aprendizaje lúdico e Innovación en la gestión del patrimonio gastronómico. Amante de la cocina ecuatoriana, llevándole a presentar ponencias en prestigiosas universidades internacionales.
Me sorprendió mucho ahora un anuncio que promocionaba papas cortadas, congeladas, importadas de procedencia holandesa. El hecho que en Ecuador, país andino, con más de treinta variedades de papas, se apoye a este tipo de productos no me sorprendió sino la cantidad de likes y personas que querían este producto diciendo lo maravillosas que son estas papas.
Será que la producción local no abaste el mercado. Serán más baratas que las papas locales, particularidad que no creo. Nunca se me ha cruzado por la cabeza ni siquiera preguntar el precio, pero insisto no creo que sean más baratas. Serán más sabrosas, tampoco creo que haya mejores papas que las del Carchi o Machachi. La verdad no sé por qué puede existir la posibilidad de hacer negocio con papas importadas.
En cambio si sé que detrás de un producto hay personas que viven de la tierra y del trabajo de hacerla parir con productos agrícolas maravillosos. Alguien escribió esto y lo comparto: “Todos los humanos alguna vez necesitamos a un doctor o un abogado en la vida pero al agricultor lo necesitamos tres veces al día”
Ya el hecho mismo de que exista un favoritismo hacia el consumo de papas fritas hace que exista un monocultivo que empobrece la tierra. Los monocultivos a su vez van cambiando a la agricultura tradicional por la industria agrícola. ¿Será bueno este aspecto? Pues creo que no.
La riqueza consiste en la variedad. El planeta vive mejor con más variedad de plantas debido a que la sabiduría de la naturaleza y conocida por la agricultura tradicional hace que se planten y crezcan en simbiosis algunas variedades de plantas. Se sabe que las leguminosas nutren a la tierra de nitrógeno por eso siempre que se siembra maíz será en asociación a este grano o un árbol de cacao o café necesita de la sombra de árboles frutales más grandes. Los monocultivos hacen que las tierras no tengan esta reposición y ayuda natural de las otras plantas sino al empobrecerse necesitan de abonos químicos y las plantas al poseer una genética débil necesitarán fumigarse con químicos también. Los productos serán más bonitos, más grandes pero estarán llenos de químicos. Entonces la perfección de estos productos importados, como el caso de las papas holandesas, no existe.
El hecho de consumir siempre lo mismo está haciendo que las variedades en cada especie este desapareciendo. Gabriela Paredes, comenta, que en Quito, básicamente se conocen dos variedades de mangos. Ella ha podido documentar más de diez en la provincia de Manabí. Si no se consume, no se cosecha y algún día estas variedades desconocidas se perderán. Estamos al borde de perder el 70% de la variedad de las especies agrícolas por la falta en la demanda de estos productos.
¿Qué hacer entonces? La respuesta a esto es educarse, aprender a cocinar, comer de todo, ser curioso en los productos, conocer el producto porque aunque no lo crean mucha gente no conoce como es la planta de tal o cual alimento. Sólo la curiosidad y la buena pre disposición hará que los hábitos alimenticios mejoren y que los productos importados no te deslumbren. (O)
